sábado, 9 de junio de 2012

Capitulo 63: ¿Alegría?

Día tras día llorando. Miles de lagrimas derramaron de mis ojos que ya ni si quiera quedaban. Ni si quiera podía llorar mas. Esta vez una sonrisa dibujaba mi rostro, aquellas paredes seguían de color blanco pero desprendían otro sentimiento. ¿Alegría? SÍ, era eso. Esta vez ese color neutro se volvía vivo.
Al abrir sus ojos no lo podía creer. Mi voz no me permitió llamar a nadie mas, no me salia la voz. Él no dejaba de mirarme, aturdido. Yo, tenía miedo de que la operación pudiese haber afectado a su memoria y que no recordase a la persona que tenía delante suyo. Pero no fue así, me sonrió y me abracé a él. Estaba envuelta en sus brazos cuando entraron sus padres y Adrián por la puerta. Sus manos volvían a proporcionar calor, sus abrazos seguían siendo igual de tiernos. Su sonrisa había despertado, de nuevo. Su mirada volvía a mirarnos. No se lo podían creer y corrieron hasta la cama con lagrimas de felicidad en los ojos. Yo, no podía dejar de abrazarle.. y cada vez con mas fuerza.

- Me ahogas Jenny! -Me dijo Rubén.
- Ay lo siento! -Me deshice del abrazo y le sonreí- Te he echado de menos.
- Te he echado de menos, todo este tiempo. He pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar. Te echado de menos, he soñado el momento.. -Pablo apareció por aquella puerta cantando aquella canción.
Rubén y Pablo se dieron un fuerte abrazo. Por fin.. estaba de vuelta. Por fin volvía con nosotros. Yo sonreí a Pablo, le besé y se mantuvo abrazado a mi.  
- Tio, nos has echo sufrir. Esta nos la pagas. -Nos reímos todos ante el comentario de Pablo.
- Eres el mejor, Pablo. Gracias por estar de aquí para allá. Tienes gira y mira donde estas... -Dijo Rubén.
- A los buenos amigos nunca se les deja de lado. -le dijo Pablo- Tampoco podía dejar a Jenny así, mira como la tienes. No le hagas llorar nunca mas! -Lo dijo en tono de broma.

Tenía la sensación que aquí se había forjado una gran amistad entre Rubén y Pablo.
Pablo, estos días se había preocupado mucho de Rubén y él lo tenía en cuenta. Esto no parecía real. Pero volvíamos a la realidad. Tan solo era un mal bache, un mal sueño... algo en la vida que nos hace crecernos como personas y hacernos mas fuertes de lo que ya somos. Siento que mi corazón ya vuelve a latir con mas normalidad que la de antes, que mis lagrimas ahora son de felicidad. Olvidemos el pasado sin mirar atrás. Tan solo caminemos hacía adelante todos juntos, un mismo camino.

- Y vosotros... -Rubén se dirigió a sus padres, a Adrián y a mi- Perdón.. -Tenía los ojos llorosos.
- Pero Rubén... -Quise hablar pero no me dejó.
- No digas nada! -me hizo callar- Pediros perdón por cada lagrima derramada, Pablo tiene razón. He podido sentir cada una de vuestras lagrimas, vuestro sufrimiento, vuestra rabia... todo. Perdón por estas semanas de sufrimiento.
- Lo importante ahora, es que estas bien. Nada mas importa. -Le dijo su madre y le abrazó, alguna de sus lagrimas deslizaron por sus mejillas. Volvía a llorar. Pero esta vez feliz de no haber perdido a su hijo. Para una madre lo mas importante es aquella segunda vida que cuida durante 9 meses dentro de su ser y para ella ese era Rubén.

Abrazos de esos que echaba de menos... No sé a quien debo dar las gracias por haber echo que Rubén se despertará. Ahora la vida sigue, y mucho mejor que nunca. No me podía hacer a la idea de que cabía la posibilidad de perder a Rubén. Era algo que no podía soportar ni el pensarlo.

Rubén tan solo estuvo en el hospital unos 3 días, al poco tiempo le dieron el alta. El enfermero que le trató aquellos días dijo que se había recuperado de una manera impresionante y que eso hacía que le diera el alta. Pero claro, debía seguir viniendo cada semana a revisión hasta que se cercioraran de que Rubén estaba recuperado completamente. Podía seguir su vida normal. Vamos, su guitarra.. y demás.
La verdad que Rubén había tenido mucha suerte, nos dijo el enfermero, él podía haber muerto o quizás mas triste aún.. Rubén podía haber perdido la memoria totalmente después de esa operación y no recordarnos a ninguno de los que estábamos allí a su lado. Pero al sentir su despertar y ver como me sonreía y se abrazaba a mi todo decía que había vuelto a la normalidad. Todo era realmente complicado pero él y su fuerza superan las barreras de la vida.

Pablo, tenía varios días de vacaciones así que decidimos por despejar el ambiente de Barcelona y viajar hasta Málaga. Pasar a ver a su familia que hacía un tiempo que nos les veíamos ninguno de los dos.
Al pisar Málaga volvió a mi esa magia única del sur, esa magia de Málaga, esa magia Alborán.

- Pero.. que ven mis ojos? De vuelta por aquí la preciosidad de la Sra. de Alborán. Bueno.. Señorita. -Dijo Salva.
- Calla anda calla! -Me reí.
- Salvaaaaa... -Dijo Pablo mirándole de una forma extraña, no sabría describirlo. ¿celos? Me eché a reír. 
- Vale.. ya me callo. -Contestó Salva.
- Siempre estáis igual vosotros dos, eh? -Les dije.

En aquel momento apareció Ester, con su sonrisa y me abrazó después de darle un tierno beso a Pablo en la mejilla. Nos hizo entrar hacía adentro y colocamos las cosas en la habitación de Pablo. Otra vez estaba bajo ese techo que me daba seguridad.

- La pequeñaja? -Preguntó Pablo.
- Ha venido esta mañana tu hermana con ella pero.. bueno es raro, ha dicho que vendría esta tarde para veros. No tardará.
- Vale pues.. nosotros subimos a arriba mama, a descansar un rato.
- Esta bien cariño! -Dijo y cuando estuve a punto de levantarme de la silla para seguir a Pablo..- Por cierto Jenny. No quiero entrometerme pero...
- Pasa algo Ester? -le dije.
- No no.. tan solo como está Rubén? Pablo me ha comentado todo lo ocurrido pero.. no sé nada mas. Lo siento si... -Antes de que acabara ella la frase sonreí.
- Tranquila! Está perfectamente ya en su casa. Gracias por preguntar! -Le contesté.
- Me alegro mucho la verdad. -Me abrazó.

Pablo y yo subimos a arriba, a la habitación. Terminamos de poner las pocas cosas que habíamos traído. Al menos yo no traje casi nada, Pablo seguía con sus miles de pañuelos. Yo, como había dejado ropa por aquí no me hacía falta trasladar mucha ropa hacía Málaga, pensé bien.
Cuando Pablo terminó de colocar todo y ordenarlo me dijo que fuéramos a su estudio. Recuerdo la ultima vez de esa misteriosa puerta...

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