lunes, 30 de abril de 2012

Capitulo 48: ¡Corred!

-Rubén... -le fulminé con una mirada.
-Me callo, callo! jajaja
-Bueno.. y a quien has saludado? -Le dije.
-Pues a unos amigos, hace nada trabajaba aquí los viernes y sábado por la noche en aquella barra. -señaló la pequeña barra de cockteles.
-La verdad que te tenia que decir que sentía algo familiar en ti. Que no era la primera vez que te veía.
-Pues yo no puedo decir lo mismo, la verdad. Pasa tanta gente por aquí los viernes y sábado que como para acordarme de todo el mundo, no?
-Y tanto.. pero tu haces de todo. ¿Sabes que toca la guitarra, Pablo? -Dije mirando a Pablo.
-Si? Tenía que haberla traído. -Dijo Pablo.
-No, no aquí no.. que suerte que no te han reconocido.
-También, tienes razón.
-Bueno pero otro día quedamos en algún otro sitio y traemos las guitarritas.
-Y tanto eso esta echo Rubén.

Allí estuvimos un largo rato, hablando los tres. Pablo y Rubén hablaron entre ellos también, algo que me hacía feliz. De repente vi como alguien nos miraba demasiado y cuchicheaban. Yo, cogí del brazo a Pablo y les dije en voz baja "vamonos". Salimos a paso ligero del bar, los tres, hacía el coche de Rubén. Aquellas chicas salieron detrás nuestro. Nosotros aceleremos mas el paso todavía. Seguro que había reconocido a Pablo y por eso nos seguían. Aligeraron en el paso casi pisándonos los talones, el coche de Rubén estaba un poco lejos de allí por que no habíamos encontrado sitio. A Pablo no le gustaba huir de sus fans, si eso eran aquellas chicas, se le notaba en la cara. Pero era lo mejor que podía hacer... "¡Corred!" -Dijo Rubén. Corrimos hasta el coche de Rubén, él entro y Pablo y yo también. Esta vez se colocó detrás. Rubén sin pensarlo ni un solo segundo mas, arrancó rápidamente. Nos deshicimos de aquellas chicas, no consiguieron ver del todo si era Pablo.

-Pablo , lo siento. -Dije.
Él estaba mirando hacía afuera de la ventana sin decir nada. Sabía que hacer esto no le sentía bien. Él no era de esos que huía de sus propias fans y se notaba, él huía por ell@s.

-No, no yo no soy así y he huido. He huido de personas que son felices gracias a mi, gracias a mi música. No me lo perdonare, no me lo perdonare nunca...
-Lo siento, Pablo! -No podía decir nada mas. Pero Pablo ni siquiera me miraba.
-Rubén, déjanos en casa por favor, quedamos otro día con mucha mas calma. -Le dije tocándole el hombro a Rubén.
-Tranquila, no pasa nada allí os dejo. -Me dijo.

Pablo no habló en todo lo que quedó de tiempo hacía mi casa... no sabía que pasaba. Rubén nos dejó en la puerta de mi casa, se bajó para despedirse de los dos. Ruben y Pablo se dieron la mano y un pequeño abrazo y yo le di dos besos a Rubén con un: "nos vemos pronto Rubén".
Llegamos a la puerta, Pablo siguió mis pasos y todavía sin decirme nada. No aguantaba mas. Entramos al portal y esperamos al ascensor para subir.

-Que pasa, amor? -Le dije cogiendo sus manos.
-Nada! -Miró hacía otro lado.
-De verdad? -coloqué mis dedos en su barbilla, dulcemente, dirigiendo su mirada hacía la mía- Te conozco demasiado. Ya no me puedes engañar, Pablo.
-No me pasa nada en serio. -me besó.
-Estas enfadado conmigo por lo de antes? -Seguía insistiendo.
-Que no de verdad!

Subimos al ascensor, pero yo sabía que Pablo no era el Pablo de siempre y por encima de todo no quería que estuviera así y menos por mi culpa. Entramos en casa, eran cerca de las 20 y mi madre aún no había llegado de su paseo diario y mi padre seguiría durmiendo, así que sin hacer ruido entramos a mi habitación. Entré primero y me senté en la cama, Pablo hizo lo mismo a mi lado.

-Me vas a contar ahora lo que te pasa, Pablo?
-No soy así, cariño. Por que he huido? Me siento fatal por dentro, no sabes lo que siento..
-Ha sido por culpa, has huido por que yo te lo he dicho. Me siento las mas culpable.
-No lo eres! Yo podía haberme parado igualmente y no lo hizo. Mi instinto no lo hice... huí..
-Pablo, vale ya. No te auto-culpes por esto! No te van a odiar el resto de su vida. Es mas lo entendemos, digo lo entendemos por que yo he sido y soy tu fan y se entiende.
-Bueno si... pero me ha sentado un poco mal hacerlo !

De repente me sonó el móvil, era un whatssap de Rubén.

"Que tal? Como estáis? Pablo mejor?"
"Si, gracias Rubén!"
"Dile que no piense mas en ello!"
"Se lo he dicho, es un cabezón y sigue auto-culpándose, es así!"
"Bueno.. pues se le pasará!"
"Si jajaja Bueno Ruben nosotros vamos a cenar, vale?"
"Muy bien! Nos vemos"
"Besazos!"

Cenamos los 4 juntos, mi madre, mi padre, Pablo y yo. Mi hermano seguía sin presenciar estos momentos. Me estaba fallando demasiado. Negaba mi felicidad. Pero yo a pesar de todo seguía con esto adelante. Nadie me lo iba a impedir. Nadie me iba a robar estos días que me quedaban junto a Pablo.

domingo, 29 de abril de 2012

Capitulo 47: Este amor no tiene olvido ni fecha de caducidad.

¿De verdad Pablo quería ver a Rubén? Y Rubén querría? A mi me hacía realmente ilusión que se conocieran pero había algo en mi que daba ese punto de miedo. Pero al terminar de comer decidí llamar a Rubén para quedar.

"Rubén, bonito"
"Preciosa, que tal?"
"Bien!!! y tu?"
"Ya veo que mejor que ayer, no? Yo también!"
"Si!! Tengo motivos! Pablo está aquí conmigo!"
"Si?? Me alegro!"
"Pues me ha dicho de quedar los tres esta tarde, puedes?"
"Y tanto, pero un poco mas tarde. A eso de las 18.00 vale?"
"Vale! Donde quedamos? Donde siempre y luego te guío para ir a algún sitio?"
"Por mi bien! Pero no quiero hacer daros vueltas, ya paso yo por tu casa a las 18.00. Recuerda que sé el camino eh! jajaja"
"Tienes razón! Pues aquí te esperamos abajo a la 18.00!"
"Vale un besito!"
"un besito!"

Ya esta, ya habíamos quedado con Rubén. Tan solo quedaban 3 horas y estaba demasiado nerviosa por estar los tres juntos. Para hacer tiempo, Pablo y yo terminamos de colocar toda la ropa que había traído en mi armario. También había traído la guitarra, pero yo intenté esconder mi guitarra para que no la viera y supiese que tenía y que me estaba enseñando. Debía de avisar a Rubén para que no dijera nada sobre lo de la guitarra así que en cuanto se despistó Pablo le envié un whatssap a Rubén explicándoselo. Pablo terminó de recogerlo todo y decidió ducharse, después lo hice yo, nos arreglamos y era tan pronto aún que cogió su guitarra y empezó a acariciar cada cuerda de ella. "Quien fuera guitarra" -pensé. Pero como siempre me sorprendió:

"Hay un reflejo de mujer, mirándose, en el espejo de los deseos, se acuerda tanto de un querer que sin querer al descubierto deja sus sentimientos. Volaran los días de pasión robada, los silencios nunca cuentan la verdad. Caricias que no has de perder, destino y piel, morir, nacer. Distancia y abismo. Cada vez que estoy sin ti el atardecer mas bello duele, cada lagrima por ti apaga el sol. Cada vez que estoy sin ti la razón de mi universo muere, cada instante que te di fue en mi corazón... fue mi perdición. Mil y una noches pasaran en el desván donde duermen sueños que paran el tiempo, promesas de un amor sin fin gravado en mi. Lluvia en mis manos y agridulce en mis besos. Volverán los días de pasión robada, los silencios nunca cuentan la verdad. Cada vez que estoy sin ti el atardecer mas bello duele, cada lagrima por ti apaga el sol. Cada vez que estoy sin ti la razón de mi universo muere, cada instante que te di fue en mi corazón. 
Esta herida me ha vestido desnudando mi fragilidad y este amor no tiene olvido ni fecha de caducidad..." *

-Te quiero -Le dije.
Y nos besamos. Por que si, por que nos queríamos, por que nuestra mirada nos lo decía, por que nuestros labios se echaban de menos, por que los poros de nuestros cuerpos echaban de menos el roce entre ellos... simplemente por que había amor entre los dos. Amor, pasión, deseo... puro amor y verdadero.

-Es precioso todo lo que cantas, amor. Queda bien en tu voz cualquier cantante...
-No exageres... todo sea por ti, por cantarte!
-No exagero nada, gracias gracias por cantarme siempre.
-Simplemente hago lo que me sale del corazón y esta canción resume lo que siento cuando estoy sin ti.
-Lo mismo que yo siento cuando estoy sin ti, simplemente oscuridad pero siempre acabas llegando con tu luz, tu sonrisa...
-No te puedo querer mas por que este pobre corazón no me deja, no cabe mas amor, es inmenso todo esto.
-Te quiero Pablo. -y me besó entre sonrisas.
-Te quiero mi princesa.

Nos entretuvimos lo suficiente para pasar el tiempo y esperar a que viniese Rubén a buscarnos.
Llegó la hora, yo empecé a temblar un poco y Pablo lo notó.

-Ey! Tranquila, no le voy a hacer nada eh. -Dijo bromeando.
-Mas te vale! Pero no sé por que estoy nerviosa. Pero vamos a abajo que pronto vendrá.
-Vamos!

Cogimos las cosas, nos despedimos de mi madre por que en casa no había nadie mas. Bueno sí... mi padre estaba durmiendo pero como si no estuviera y mi hermano en cuanto vio a Pablo se fue sin decir nada mas. Supongo que no le quería ver, pues ¡adelante! que haga lo que le de la gana. Bajamos al portal a esperar a Rubén y en cuestión de segundos apareció delante de mi casa el coche blanco parándose y pitando. "Vamos, Pablo, es Rubén" -Le dije dirigiéndome hacía la puerta para subirme al coche.
Entré y me senté yo atrás, me acerqué a Rubén y le dí dos besos. Después subió y se quedó delante Pablo. Les presenté "Pablo, Rubén. Rubén, Pablo." Tan solo se miraron, se dieron la mano y se dijeron un tímidamente "hola". Rubén me preguntó que adonde íbamos a tomar algo, le guié hacía donde tenía que ir. Rubén se conocía un poco El Prat por que me contó que estuvo trabajando de camarero allí y justamente en el bar al cual les llevé. Entramos hacía adentro, Pablo y yo nos sentamos en una mesa y Rubén dijo: "Ahora vengo" y se fue a la barra a saludar a varias personas. Supongo que compañeros de trabajo en su momento.
Yo, aprovechando que Pablo y yo estábamos solos hablé:

-Que te parece Rubén?
-Demasiado guapo!
-Como?
-Que, que peligro! Es muchísimo mas guapo que yo.
-Eres mas tonto!
-Si... pero tengo razón.
-Tienes razón en que es guapo pero... nadie lo es tanto como tú.
-Bueno... bueno no sé yo, eh!
-Que si! Hazme caso jajaja -y le besé.

Rubén apareció por allí mientras nos besábamos.

-Tortolitos -Dijo riéndose.

______________________________________________________________________________

http://www.youtube.com/watch?v=En_Q1thknlo&ob=av2e

jueves, 26 de abril de 2012

Capitulo 46: No me presionéis

-¡Confianza!
-Confianza?
-Si... que parece ser que Pablo no confía en mi. Esto ya no se trata de celos.. se trata de confianza del uno en el otro no?
-Si... la confianza es esencial, si
-Eso mismo digo yo, Ruben
-Pero... en que no confía en ti?
-Pues... no se que piensa de ti, pero... no confia en que quede contigo
-Como? Por que? No te voy a hacer nada.
-Bueno... pero eso no me lo digas a mi diselo a él.
-Y si le llamo yo?
-Que? Esta loco
-Igual si le llamo yo y le explico pues.. todo se arregle.
-Explicar? No tienes nada que explicar. -Dije subiendo el tono y levantándome dándole la espalda.
-No sé Jenny, tan solo quería ayudar.

No pude contestar, no me dio tiempo a que me girara ante él. Le sentí en mi espalda, pasó su mano por mi cintura hacía mi barriga de una manera que hizo estremecer mi piel. Me cogió de la mano derecha y me giré ante él. Estaba muy cerca de mi. Me miro a los ojos y se acercó... me dio un tierno abrazo. Hizo saltar mis lagrimas. Él sintió mis lagrimas y tan solo me dijo "Tranquila, se va a solucionar." Allí permanecimos abrazados. Gracias a Rubén me sentía mucho mas animada, esos detalles de él me encantaban. Proporcionaba  bienestar.
El resto de la tarde, Rubén, me siguió enseñando la canción para Pablo. Me costaba algunos trozos, pero no había que darse por vencida en ningún momento. "El que algo quiere, algo le cuesta" así que insistí hasta que me lo aprendí por fin. A las 20.00 nos despedimos, Rubén me dejó en la puerta y subí hacía casa.
Ya había llegado mi hermano pero ni siquiera entré a su habitación, mi padre y mi madre estaba en el comedor. Entré hacía mi habitación pero mi madre me llamó:

-Jenny!
-Dime!
-Ven!
Fui hacía la cocina.
-Pablo te ha llamado al móvil, te lo has dejado.
-Dios! Es verdad.. con las prisas me lo he dejado todo...
-No si ya lo he notado. Le he contestado, por cierto..
-Que? Que te ha dicho?
-Que ha pasado, cariño?
-... -Me quedé callada.
-Da igual ya me lo ha contado, el pobre esta mal. Se le notaba en la voz, en todo...
-Yo también estoy mal... no confía en mi.
-Son los celos, Jenny, no te ciegues tu también... normal que esté celoso de Rubén.
-Ya, pero... es que yo confio en él.
-Tu te hubieras comportado igual que él o peor así que... ya puedes estar llamándolo y arreglándolo con él que hasta me ha dicho que te tenías que pensar si seguir esta relación. Estas tonta?
-Sinceramente si que me habría comportado así o como tu dices, quizás mucho pero... por que soy así y soy muy celosa... pero no sé... puede ser que sea tonta pero... lo tengo que pensar.
-Llama a Pablo!
-No me presionéis...
Me fui a mi habitación, aquella noche no llamé a Pablo... supongo que como no le llamé yo a él por eso él no lo hizo pero antes de que me fuera a dormir mi móvil sonó, era un whatssap.

"Cariño te pediría si hace falta perdón cada minuto. Lo siento, lo siento por dudar de ti, por estos celos que me matan. Me matan por no tenerte cerca y no poder acariciarte, ni abrazarte, ni besarte. Lo siento princesa! Prometo luchar por esto! Perdóname! Eres mi dulce despertar."
"Demuéstramelo!Buenas noches"
"Lo haré..."

Después de su comentario cerré el whatssap. Pensaría otra vez en que hacer... y en que iba a hacer él.
Yo quería muchísimo a Pablo... me dolía todo esto. No podía estar ni un solo segundo lejos de él. Esto me superaba, tenía miedo y Rubén había notado ese miedo en mi.

Al despertar al día siguiente volví a mi rutina después de estas semanas sin ni siquiera aparecer. Los lunes eran bastante duros, de 9 a 14.30 y casi todo teórico. Pasaban horas tras horas y ya no sabía en que pensar... no sabía que hacer. Estaba agobiada, aún me faltaba 1 hora para salir. Estábamos en la sala de los ordenadores y de repente el conserje entró y dijo:

-Jennifer González?
En aquel momento me giré y me dirigí hacía él. Me comentó que alguien andaba esperándome fuera, que cogiera mis cosas y me fuera. Le pedí permiso para hacer aquello a la profesora. No sabía que estaba pasando y el conserje tampoco me quería decir que era lo que estaba pasando. Me dirigí hacía la puerta del colegio, miré a cada lado de la acera pero allí no había nadie. De repente oí un silbido, miré hacía el frente y allí estaba él, con maleta en mano. Con una sonrisa de oreja a oreja al verme, yo no podía creérmelo y olvidando todo, me eché a sus brazos y le besé como si no hubiera mañana.

-Te echado de menos!
-Y yo a ti Pablo... Te quiero. -y le besé.
-Esto significa que me perdonas?
-Aún no te ha quedado claro?
-Creo que algo si... haber, otra vez! -y volvimos a besarnos.
-Pero.. pero.. es que.. que haces aquí?
-Darte una sorpresa y hasta...el 25 tenía tiempo de hacerte una visita.
-Gracias gracias gracias gracias gracias por hacerlo, por presentarte aquí mismo.
-Nada, debía hacerlo... te echaba demasiado de menos, ya no podía mas.
-Me alegro tanto de verte! Me has quitado todas las pocas dudas que podía llegar a tener acerca... de todo lo que pasó ayer.
-No quiero saber nada de eso si ya esta todo perdonado. No quiero remover nada.
-Ni yo! Te quiero!
-Je t'aime!
-Vamos a ir a casa no? Mi madre se alegrara de verte, ayer estaba bastante preocupada.
-Lo noté a través del móvil.
-Ya me dijo que habló contigo al final.. me dejé el móvil, me fui corriendo!
-No pasa nada, de verdad. Y que tal con Rubén ?
-Bien, ayer ya te dije que quedé otra vez con él
-Si si! Pues podías quedar con él otra vez y le conozco no?
-Quieres?
-Por que no?
-Me encantaría, la verdad! Se que a él le gustaría también. Luego se lo comento.
-No se diga mas, vamos a tu casa no?
-Pero tenemos que esperar al bus y eso.
-Bueno no pasa nada... vamos.

Llegamos a casa a eso de las 14.30, llegué bastante antes a causa de que Pablo me había venido a buscar y mi madre me lo perdonó por que era Pablo que sino... Deshicimos la maleta de Pablo y yo hice hueco en mi armario, la verdad que no había mucho, pero hice lo que pude...

miércoles, 25 de abril de 2012

Capitulo 45: Confianza

Rubén, en los mensajes, me pedía perdón por haberse molestado y haberme colgado de esa forma como lo hizo. Pablo simplemente me había llamado un par de veces. En cambio de Rubén tenía millones de llamadas casi cada minuto. Mensajes eternos pidiéndome disculpas. Decidí llamar primero a Pablo.

"Amor!"
"Cariño" -Le noté un poco seco.
"Que pasó ayer?"
"Ayer?"
"Si! No me llamaste y tenías el móvil apagado"
"Tu también! Con quién andabas? Con Rubén quizás?"
"Perdona...? De verdad me lo estas preguntando?"
"Y tanto..."
"Pues no, no estaba con él. Contento?" -No le dejé responder y colgué.

Encima que él había tenido toda la noche el móvil apagado, después de todas las llamadas, los mensajes, las lagrimas que anoche me dejé, me venía con estas? Me dolía hacerlo pero no podía tolerarlo esto. Ademas, que tenía en contra de Rubén? Quizás un poco le podría llegar a entender por que yo me moriría de los celos si estuviese en su lugar... pero... confio en él. ¿Él en mi? Parecía que no y eso me había decepcionado realmente.
Tenía el móvil en la mano y mientras pensaba esto noté como me vibraba, si era Pablo no tenía ganas de hablar. Pero no, esta vez era Rubén.


"Preciosa, preciosa! No me cuelgues! Perdóname!" -Me dijo gritando.
"No! Tranquilo no te cuelgo! Nada de perdón"
"Si, de verdad no debería de haberme puesto así"
"No, no debería de haberte dicho yo todo eso. Lo siento"
"No tienes nada que sentir."
Mientras hablaba con Ruben escuchaba como alguien me estaba llamando, sería Pablo.
"Pues todo olvidado Rubén, ya esta"
"Sii! Entonces seguimos las clases?"
"Bueno no sé si... vayan a servir de mucho ya..."
"Como? Porque? ha pasado algo con Pablo?"
"Pues si..."
"Que ha pasado? Si se puede saber claro... no quiero molestarte."
"No tranquilo no molestas, necesito contarselo a alguien. Así que quedamos hoy en el mismo lugar que ayer?"
"Esta bien! a las 17.00? Traigo guitarra?"
"Si! llevare la mia ante todo.."

Cuando terminé de hablar con Rubén vi que efectivamente había sido Pablo el que me estaba llamando. En cuanto colgué a los pocos minutos me llamó otra vez Pablo. Descolgué y dije:

"Si?"
"No me cuelgues!"
"Por que debería de hacerte caso?"
"Lo siento amor... de verdad!"
"No... no lo sientas, lo siento yo Pablo... adiós" -Estuve a punto de volver a colgarle pero me chilló.
"¡¡Jennyyy!! No cuelgues por favor!!! Que lo siento de verdad! Me siento un gilipollas!"
"Y yo siento que no tienes confianza en mi y eso me duele mucho mas que todo"
"Lo sé, no debía de haber dudado de ti..." -Le corté.
"Pero lo has echo Pablo... Deberíamos replantearnos si esta relación..." -me cortó antes de que pudiera seguir.
"No! No sigas! No digas eso."
"Y que quieres que diga, que piense, que hable..?"
"Se que no merezco nada ahora mismo pero... piénsalo, no dejemos todos nuestros grandes sentimientos por esto. Lo siento, que puedo hacer?"
"Nada... lo pensaré. Me voy, he quedado con Rubén. Hoy si... y te lo digo!"
"Bien, yo voy a la prueba de sonido. Te quiero"
"Adiós..." -Y colgué.

Me sentía la peor persona del mundo por hacer esto, por que se me pasara por la cabeza la idea de acabar con esto. De que la relación entre Pablo y yo se acabara. La confianza es lo primero en la pareja, tenía que reflexionar él también sobre ello. Yo sobre que debía hacer ante este problema y él ante lo que había dicho. Me sentía fatal por dentro y por fuera, por dentro mi alma estaba desgarrada y mi corazón algo herido. Por fuera mis ojos no dejaban de llorar. Tenía unas ganas inmensas de salir corriendo de mi casa. Correr, correr sin ningún rumbo exacto solamente correr. Nada mas.
Me sequé las lagrimas en mi cara y salí de mi habitación, allí fuera no había nadie aún así que decidí ir hacía el lavabo y pegarme una buena ducha. Al salir de la ducha salí con mejor aspecto. Mi madre y mi padre ya habían llegado y mi madre estaba terminando ya de hacer la comida. Fui a mi habitación y me cambié mientras ella terminaba. Al poco tiempo mi madre me llamó "Ya esta la comida, Jenny."
De nuevo comimos los tres solos. Mi hermano seguía sin aparecer por allí. Después de comer estuve un rato mirando cosas en el ordenador, hablando un rato con mis amigas, por el tema de Pablo... hacía tiempo que estaba realmente ausentada de todo. Estuve un buen rato hablando con ellas, me hacían falta, las echaba de menos. Realmente con la tontería se me fue el santo al cielo y Rubén me llamó:

"Preciosa, donde estas?"
"Ay! Que hora es?"
"Pasadas de las 17.10 yaa!"
"uuuuuuy perdona Rubén! Me he entretenido hablando con mis amigas!"
"Tranquila, no pasa nada. Venga! Espabila!!"
"Allá voy!"

Me despedí rápidamente de ellas, me peine un poco y me puse la chaqueta. Salí corriendo de casa ya que Rubén estaba esperándome allí y llegaba tarde. Tan rápido me fui que a medio camino me acordé de que me había dejado la guitarra. Quise volver pero Rubén estaba allí hace rato y sino llegaría mas tarde, además él traería la suya así que eso servía.
Llegué allí, ante Rubén, con la respiración un poco entre cortada y casi corriendo.

"Tranquila, tranquila! Respira."
"Jo.. es que llegaba tarde!"
"No pasa nada... ya no me venía de 5 minutos mas"
"Ya pero me sabía mal. Tan corriendo he salido que me he dejado la guitarra"
"Lo esencial y te lo dejas, si es que que cabeza!"
"jajaja sisi... por que llevo puesta la cabeza sino me la dejaría."
"jajajaja no... si me lo creo!"
"Encima! tssh menos reírte de mi"
"No me río de ti! jajaja Bueno vamos a sentarnos, no?" 
"Vamos!"

Nos volvimos a sentar en el mismo banco de la tarde anterior, me miró y empezó a hablar.

"Que ha pasado?"

martes, 24 de abril de 2012

Capitulo 44: Podemos hablar?

Cuando llegué a arriba me fui hacía mi habitación y antes de cenar llamé a Pablo, ya que dentro de nada entraba a escenario.

"Mi amor!"
"Mi niño! Que tal la prueba de sonido y la tarde... y todo?"
"Perfecto, típicas risas entre estos y bien lo de siempre, cariño! y tu que?"
"Yo también bien la verdad!"
"Que has echo?"
"Pues nada... bueno... si te lo digo no quiero que te molestes"
"Bueno... dime!"
"He estado con Rubén el chico del avión"
-Pablo no habló-
"Pablo?" -Dije.
"Si..."
"Sabía que te ibas a molestar pero te lo tenía que contar por que no tengo nada que ocultar."
"Bueno... si tienes razón. Y que habéis estado haciendo?"
"Pues nada hemos estado dando una vuelta por el Prat, enseñándole un poco esto y poco mas."
No podía, aunque quería, decirle que me estaba enseñando a tocar la guitarra. Era una sorpresa para Pablo.
"Bien!"
"No quiero que te enfades Pablo, es un simple amigo. Tu eres mi vida."
"Tranquila, esta bien, no me enfado!"
"Vale."
"Cariño te dejo que en nada entro vale?"
"Si! Muchisima suerte, que vaya genial! Luego me llamas?"
"Gracias, luego te llamo! Te quiero"
"Te quiero" -y colgué.

Noté molesto a Pablo ante la situación con Rubén. No quería que pensase nada que no había pasado, no quería que interpretara Rubén las cosas de otra manera. No se que estaba pasando pero me daba la sensación que él tenía otro pensamiento sobre lo que podría pasar entre nosotros. Así que después de darle muchas vueltas a todo decidí mandarle un mensaje por whatsapp.

"Holaaa Ruben!"
"Holaaa preciosa, que taal?"
"Muy bieen! y tuu?"
"Bieeen! Que? como va la guitarra has repasado?"
"Que bah.. acabo de llegar me he estirado en mi cama y estado hablando con Pablo hasta ahora"
"Ah...."
"Por cierto, podemos hablar?"
"Tu dirás!"
"Verás... es que creo que confundimos conceptos."
"Como?"
"Que perdoname si parezco un poco creida pero... me da la sensación de que sientes algo por mi"
"Si que lo eres si"
"Perdón?"
"Que eres una creída... que yo no siento nada por ti. Mas allá de una amistad"
"Y por eso me cantas esa canción?"
"Te canté esa canción como te pude cantar otra"
"No me lo acabo de creer"
"Haz lo que tu creas"
"Pero es que no me lo creo, no acabo de entender tu actitud."
"Pero que actitud, que estas diciendo?"
"Pues como me tratas Rubén... Que yo quiero a Pablo"
"Que yo soy así!!! y me parece muy bien que quieras a tu novio, eso es lo que debes hacer"
"Que no Rubén que no... No soy tonta..."


Aquella noche Rubén no me volvió a contestar mas. Supongo que estaba molesto pero... empezaba a dudar todo lo que le había dicho. Y si todo lo que el decía era verdad? Si simplemente él era así? No, no! Su guiño de ojo, su manera de mirarme, de sonreírme, de tocar mi mano, de cantarme esa canción... con esa letra. Eso no era una simple manera de ser, no.
Ante todo... no tenía motivo para enfadarse para nada, que yo creyera esto no era un motivo suficiente para que ni siquiera me contestase después de decirle unas cuantas veces: "Rubén? Rubén estas ahí? Rubén si te ha molestado lo siento! Rubén..." Estuve esperando pero él no contestó y para colmo aquella noche, Pablo tampoco me llamó. No contestaba a mis llamadas tampoco, tan solo lo tenía apagado. ¿Que estaba pasando en este mundo? Se habían puestos todos de acuerdo para hacérmelo a la vez? Llamé a Pablo varias veces pero no contesto ninguna vez a mis llamadas. No podía creerlo. Donde estaba? Entre tal preocupación decidí llamar a Ester pero... antes de terminar de marcar su numero de teléfono lo dejé. Y si Pablo tampoco había llamado a su madre? Le preocuparía también a ella y no quería.
Ante toda aquella situación no pude evitar que de mis ojos empezaran a brotar lagrimas sin parar. Mis ojos se inundaron dejándome casi sin ver. No podía mas. Decidí no cenar aquella noche, se lo expliqué a mi madre... y por poco que fuera me entendió. Me puse el pijama. Apagué el móvil, ahora era yo la que no quería saber nada mas del mundo. Ahora era yo la que quería desconexión de todo lo externo. Nada mas cerrar los ojos y despertar de este mal trago. Me metí en la cama y me giré mirando hacía la pared encogiendo mis piernas. Coloqué mi brazo por debajo de la almohada, cerré los ojos y tal cual lo hice de mis ojos resbalaron unas lagrimas por mis mejillas hasta mojar la almohada. No abrí los ojos en ningún momento. Tan solo así me quedé dormida...

A la mañana siguiente nadie tocó mi puerta para despertarme, nadie me molestó en toda la mañana. La casa estaba realmente silenciosa, eso indicaba que mi hermano aún no había llegado, que mi madre había marchado a comprar y que mi padre habría salido a dar una vuelta. Eran las 10 aún y no conseguí dormir ni un solo minuto mas, no podía, mi cabeza no me dejaba mas. Era pronto así que aún me quedaba tiempo de silencio en mi casa. Me acordé que mi móvil estaba apagado desde la noche anterior, cosa que odiaba hacer... pero que ante la situación había decidido hacerlo... En cuanto encendí el móvil pude ver miles de llamadas, mensajes... Pablo y Rubén me habían llamado...

lunes, 23 de abril de 2012

Capitulo 43: Te vi venir


Volví a mirar a Rubén y vi como me sonreía. Bajó la mirada hacía mi guitarra y dijo:

-Haber ese tesoro, por esa funda tiene pinta de antigua pero bonita, verdad?
-Eso es... tiene sus años, pero un valor especial. -Empecé a abrir la cremallera pero él me paro.
-Espera! Pero vamos a sentarnos mejor en algún banco.
-Tienes razón, vamos allí. -Dije señalando un banco que estaba situado al lado de un trozo de césped.
-Vamos.

Llegamos hacía allí y los dos nos sentamos en el banco. Rubén se quitó la chaqueta y allí encima la dejó. Abrió su guitarra y pude observar lo preciosa que era aquella, que no tenía ni comparación con la mía. Pero vi como me miraba Rubén con cara "¡Venga, saca la tuya!" y me decidí a sacar la guitarra de la funda. Él se quedó mirándola mas sorprendido de lo habitual. Le había gustado mas de lo me esperaba. Cogió mi guitarra y empezó a tocar un poco, la verdad que estaba un poco desafinada pero él me la afino perfectamente. Me devolvió mi guitarra y cogió la suya sin pronunciar una sola palabra, tan solo tocando. Mi piel empezó a estremecerse al oír el sonido de sus dedos rozando cada cuerda en armonía. Cuando pensé que había parado de tocar... de repente empezó a cantar:

Aún ni siquiera te tengo
y ya tengo miedo de perderte, amor
qué rápido se me ha clavado
qué dentro todo este dolor.

Es poco lo que te conozco 
y ya pongo todo el juego a tu favor
no tengo miedo de apostarte, 
perderte si me da pavor.

No me queda más refugio, que la fantasía
no me queda más que hacer, 
que hacerte una poesía.  

Porque te vi venir y no dudé
te vi llegar, y te abracé
y puse toda mi pasión para que te quedaras
y luego te besé y me arriesgué con la verdad
te acaricié y al fin abrí mi corazón para que tú pasaras.

Mi amor te di sin condición para que te quedaras.

Ahora esperaré algunos día para 
si lo que te di fue suficiente 
no sabes qué terror se siente
la espera cada madrugada
si tú ya no quisieras volver
se perdería el sentido del amor por siempre
no entendería ya este mundo 
me alejaría de la gente.


No me queda más refugio, que la fantasía
no me queda más que hacer, 
que hacerte una poesía.  



Porque te vi venir y no dudé
te vi llegar, y te abracé
y puse toda mi pasión para que te quedaras
y luego te besé y me arriesgué con la verdad
te acaricié y al fin abrí mi corazón para que tú pasaras.

Mi amor te di sin condición para que te quedaras.
Mi amor te di sin condición para que te quedaras.
Mi amor te di sin condición para que te quedaras.
*

Me quedé de piedra ante aquello, Rubén cantaba y no solo eso... tenía una voz preciosa. Me había dejado sin habla y simplemente con lagrimas en mis ojos. No pude gesticular una sola palabra, no pude decirle nada, tan solo mirarle. A él se le dibujó en su rostro mientras veía como actuaba ante él. Era increíble, había conseguido ponerme nerviosa... Tal como lo hacía Pablo al cantarme, al tocarme, al besarme, al mirarme... Simplemente al tenerlo cerca. No podía creerme mi reacción, tenía que hacer algo al respecto o al menos parar de llorar como una tonta. Decidí secarme las lagrimas pero antes de yo poder hacerlo vi como Rubén se acerco a mi y con su dedo pulgar retiró las lagrimas de mi cara. Volvió a su sitio y me dijo:

-Bueno dejemos de lloros! Que canción quieres que te enseñe para cantarle a Pablo? Era Pablo?
-Pues si! Dejemos las lagrimas ya de una vez! Quiero que me enseñes esta canción. -Saqué un papel con el nombre de aquella canción y la partitura que había conseguido encontrar. 
-Es preciosa esta canción! Me encanta y precisamente me la sé así que no necesito mucho la partitura.
-Vale! Perfecto! Comenzamos?
-Si! Pero antes debo enseñarte cosas básicas, colocación de dedos y demás. 
-Es verdad! jajajaja yo me lanzo muy rápido.

Estuvimos un buen rato para la colocación de dedos, la verdad. Era algo que me costaba un poco, pero entre risa y risa conseguí aprenderlo. Hasta que al final pude conseguir que se me quedaran cada colocación de cada nota. Era realmente complicado. Nada mas aprender la posición, Rubén empezó a enseñarme las primeras notas de aquella canción. Notas sencillas que sonaban bastante bien para ser el primer día. 

-Esta sonando realmente bien, Jenny! Lo consigues!
-Si! Tengo un buen maestro. 
-Hombre la alumna ayuda.

Estuvimos allí varias horas, me aprendí gran parte de la canción. Pero como ya empezaba a oscurecer decidimos dejarlo para otro día. 

-Bueno... por hoy has aprendido suficiente. Ya es un poco tarde yo me tengo que ir. Si quieres mañana seguimos. -Me dijo guardando su guitarra.
-Esta bien, yo también me tengo que ir. -La verdad que debía de llamar a Pablo.
-Te acerco a casa?
-No, tranquilo, estoy aquí al lado.
-No me viene de 2 minutos, Jenny. Venga va, vamos. 
-Esta bien, como quieras. 

Desistí y decidí subir al coche, en nada llegamos a mi casa, estábamos a menos de 5 minutos. Paró delante de mi casa, cogí la guitarra y me despedí de él dándole dos besos. 

-Mañana nos vemos? -Me dijo cogiendo mi mano.
-Hablamos, vale? -Le contesté y le solté mi mano. 
-Está bien, nos vemos. Cuídate! -Me guiñó un ojo. 
-Adiós!

Cerré la puerta del coche y me dí media vuelta con la guitarra en mano. Me puse a pensar mientras subía a casa. Empezaba a sospechar que Rubén sentía algo que yo no sentía por él. No podía ser. No me podía estar pasando esto a mi. "Seguro que serán cosas mías... tonterías" -Pensé. 

________________________________________________________________________________

http://www.youtube.com/watch?v=AJC7N72Xth4

sábado, 21 de abril de 2012

Capitulo 42: Antigua guitarra

Pablo y yo estuvimos hablando un buen rato aquella mañana, la verdad que era bastante temprano y ni el ni yo teníamos mucho que hacer y menos a esas horas. Pablo tenía que irse a Lorca pero hasta mas tarde no cogía el vuelo. Después de hablar mas de una hora, colgamos. Pablo se fue con los chicos a desayunar y yo decidí levantarme de la cama y desayunar un poco con mi madre.

-Que temprano nos levantamos no? -Me dijo mi madre tan solo ver que abría la puerta.
-Un poco si la verdad..
-Y eso?
-Nada! Me ha despertado Pablo.
-Que bien! Como está?
-Si... ais mama... me ha cantado. Yo no sé que voy hacer ya! No sé como agradecer todo lo que hace por mi, todo lo que me hace sentir.
-Te ha despertado cantando? Definitivamente Pablo vale mas que el oro.
Me quedé impresionada ante la frase mi madre, pero tenía razón.
-Mama... que puedo hacer? Como le puedo sorprender?
-Sabes que podrías hacer?...
-Que?
-Mira ven...

Mi madre se dirigió hacía su habitación y yo le seguí. Cogió la escalera y se subió en ella para alcanzar algo en lo alto de su armario, intuí que es lo que iba a sacar. Intuí bien, sacó de allí una bolsa negra grande. Que cogí yo. Dejó a un lado la escalera y me ayudó a abrirla, retiramos aquella bolsa y pudimos ver la funda. Aquella antigua funda de rayas rojas. Era un bonito recuerdo aquello. Hacía años que no la veía. Abrimos la funda y por fín volví a tener ante mis ojos aquella guitarra. Aunque antigua, era preciosa. Todo instrumento aunque tenga mil años... es pura magia.

-Y que quieres que haga con la guitarra?
-Que la toques, busca a alguien que sepa enseñarte a tocar la guitarra y le sorprendes
-Pero... es que además le falta una cuerda
-De eso no te preocupes que yo te las compro todas nuevas.
-De verdad, gracias mama... gracias por entenderme y ayudarme.
-Nada, nada...
-Y a quien le digo que me enseñe a tocar la guitarra?
-No sé. De eso te encargas tu! Yo me llevo la guitarra y le pondré las cuerdas
-Vale... yo buscaré a alguien

Mi madre aquella mañana se fue con la guitarra, me quedé alucinada ante toda la situación. Mi madre había tenido una gran idea pero claro... A quien buscaba yo para que me enseñara a tocar? No tenia ni idea. Decidí recoger un poco la habitación y pensar que haría a Pablo. Me coloqué los cascos y de repente empezó a sonar canción tras canción hasta que llegó a una que me dejó pensativa. Si, era esta la adecuada. Me levanté de golpe, busqué la letra y durante toda la mañana estuve aprendiendomela de memoria hasta que lo conseguí.
Las horas se me echaron encima y mi madre llegó justo a la hora de comer. Llevaba la guitarra. Salí corriendo de mi habitación hacía ella.

-Tranquila, tranquila aquí la tienes.
-Preciosa... ahora está mucho mejor
-Y tanto... Has pensado que hacer ya?
-Si! Me he aprendido una canción de memoria, solo necesito saber como tocarla
-Que canción?
-Ah... eso no se puede decir.
-jajaja Ya has encontrado a alguien?
-No... pero bueno... lo haré
-Seguro! Vamos a comer!
-Si!!

Aquel medio día tan solo comimos los 3 solos, mi hermano ante el ambiente de anoche había preferido ir a casa de su novia a comer. Me pareció bien la idea. No me apetecía escucharle aún...
Después de comer me dediqué a seguir repasando la letra de la canción. Hasta que me la supe del todo bien y decidí ponerme un poco a leer.
Cogí mi nuevo libro, el que me regaló Pablo. Lo abrí y de repente de el cayó un pequeño papel. Ah! Ruben! No me había acordado hasta ahora. Recogí el papel y vi que exactamente era su móvil. ¿Y si lo llamaba?
Si! Decidí llamarle. Enseguida me lo cogió.

"¿Si?"
"¿Ruben?"
"Si soy yo, quien eres?"
"No recuerdas a tu compañera de avión? Que mala memoria!"
"Jenny!!! Que sorpresa!"
"Te pensabas que no te iba a llamar?"
"No sé... no llamaste ayer ni nada."
"Ya... si te digo sinceramente no me acordé y además estaba super cansada."
"No pasa nada"
"Y que tal por Sant Boi?"
"Bien! No se ha movido! jajaja"
"jajaja Entonces igual que El Prat"
"Si si! Que? Que andas haciendo?"
"Pues nada... no te rías.. pero por aquí estaba intentando aprenderme una canción... pero tengo un problema."
"Uy! Si? Para que? Y problema, que problema?"
"Pablo..."
"¿Pablo?"
"Si... el chico del que te hablé. Hoy... me ha llamado por la mañana y me ha despertado cantando. Necesito agradecerselo de alguna manera. Quería hacer algo y quiero cantarle para cuando nos volvamos a ver."
"Que buena idea, y cual es el problema?"
"Pues que tengo una preciosa guitarra que no se tocar..."
"Ese es el problema?"
"Pues si!"
"Solucionado!"
"Como...?"
"Pues que ya lo tienes solucionado, ya tienes a quién te va a enseñar!"
"Me intentas decir que tu sabes tocar la guitarra?"
"Exactamente!"
"Por fin!"
"Entonces cuando empiezan las clases? jajaja" -Me preguntó.
"Hoy?" -la verdad que no podía perder el tiempo.
"Espera que mire mi agenda... mmm la tengo vacía jajaja" -Después de su comentario nos echamos a reír. Estaba echo un bromista.
"Pues entonces como quedamos, voy para Sant Boi!"
"No, tranquila ya voy para El Prat"
"De verdad?"
"Si, si. Además conozco algo el Prat! Donde quedamos?"
"mmm un sitio tranquilo... tu sabes entrando al Prat a la izquierda han construido nuevas naves industriales y han echo un parque, quedamos allí?"
"Si! Creo que se donde me dices"
"En una hora allí?"
"Vale!"
"Nos vemos bonita"
"Hasta ahora, besos."

Por fin había encontrado a alguien que me enseñara a tocar la guitarra.
Me terminé de peinar un poco, le conté todo a mi madre, cogí la guitarra y me dirigí hacía el parque. Tardé poco en llegar. No estaba demasiado lejos de mi casa. Pude ver desde lejos a alguien, estaba apoyado en un coche blanco. Bajé la cabeza, me vino a la mente Pablo, esperándome en la puerta del aeropuerto también apoyado así en su coche, y sonreí. Deduci que era Ruben, digo deduci por que mi vista la verdad que no era de lince. Iba bastante guapo. Totalmente de negro, su chaqueta negra, sus pantalones tejanos de color negro y también gafas de sol.
Nada mas plantarme delante de él se quito las gafas y me dio dos besos. Pude echar la vista a un lado y vi su guitarra apoyada también al coche... En aquel momento empezaba lo bueno...

viernes, 20 de abril de 2012

Capitulo 41: ¡Buenos días, princesa!

Volví a doblar aquella carta de Pablo con bastante cuidado, la metí en el sobre y la coloque sobre el escritorio. Seguí sacando ropa de mi maleta y colocandola en el armario. Cuando acabé, la maleta la dejé a un lado, no muy guardada por que estaba segura de que pronto la volvería a utilizar.
Cené bastante poco, la verdad es que estaba cansada y prefería tumbarme para descansar y esperar que Pablo acabara el concierto. Entre tanta espera... me quedé dormida.

De repente me desperté de golpe, había sonado mi móvil. Eran ya las 12 de la noche y Pablo me había llamado mas de una vez. Tenía que llamarle.

"Lo siento, cariño. Me he quedado dormida, ando un poco cansada!"
"Ay! Pues ves a dormir, perdón por despertarte."
"No, no pasa nada, ya estoy hablando contigo ya estoy bien."
"Esta bien...."
"Bueno que tal ha ido el concierto? Fenomenal seguro!"
"Pequeños nervios como siempre, ya sabes como soy. Pero.. me lo he pasado genial."
"Me alegro mucho la verdad"
"Y tu que? Que tal tus padres? Que antes no te he preguntado!"
"Uy si! Perfecto, Pablo! Me han sorprendido! Sobretodo mi padre."
"Si? Porque?"
"He llegado a casa con una sonrisa de mi madre y un abrazo, pero... mi padre estaba con cara rara no sabía si acercarme o no. Pero... al acercarme a él ha sido alucinante! Me ha preguntado por ti y a sonreído como nunca. Creo que también te lo has ganado."
"Uf! Bien! Lo he conseguido!" -Nos reímos los dos.
"Pero... en cambio mi hermano..."
"Tu hermano? Tu hermano, que?" 
"Pues que no se lo ha tomado igual de bien... Piensa lo mismo que decía mi madre antes. Que no se lo que hago."
"Uf... Bueno, pero pensemos en lo bueno, mira tu madre ahora! Esta contenta, puede que tu hermano sea igual!"
"No se, no se eh Pablo! Mi hermano es mas duro que mi madre. Pero si mi padre te ha aceptado... aquí... ya no tiene nada mas que decir él."
"Bueno...."
"Es que estoy harta de escuchar siempre lo mismo y ahora que ya lo habíamos conseguido viene él con estas... pues no quiero. Me he peleado con él y todo."
"Si? buf.. eso si que no me gusta. Que pelees con tu familia por mi."
"No es por ti... es por lo dos, es mi vida cariño... y la quiero defender."
"Ya, lo se lo se, te entiendo."
"Pero bueno... dejemos este tema."
"Si, sigamos con el que... te tenías que ir a la cama va... Debes estar cansada!"
"No... no quiero! Que mañana es sábado..."
"Y que? Pero estas cansada y seguro que mucho. Que yo mañana te llamo!"
"La verdad es que si... pero me hace bien escuchar tu voz."
"Mañana prometo despertarte de una manera... diferente... especial... si juras irte a dormir YA!"
"Que chantaje no?"
"jajaja tendré que hacer algo..."
"Y si digo que no?"
"Sabes que estas intrigada en saber que es lo que haría!"
"Como lo sabes..."
"Demasiado te conozco ya... mi niña!"
"Eres un cielo, cariño. Pues... te haré caso y me iré a dormir. Pero, mañana espero esos buenos días especiales eh!"
"Y tanto... no se me olvida! lo tendrás! Buenas noches, mi vida! Que tengas dulces sueños!"
"Mientras sea contigo lo serán de dulces. Buenas noches!"
"Te quiero"
"J'adore"

Colgué el móvil. Me incorporé de la cama y pude ver por la ventana que el cielo había oscurecido bastante. Eran casi la 1 de la madrugada. Decidí ponerme el pijama y acto seguido meterme en la cama. En pocos segundos noté como mi cuerpo se iba debilitando... y me quedé dormida deseando despertarme.


De lo intrigada que me tenía Pablo no pude dormir. De pensar que me quedaría dormida y no escucharía mi móvil me quedé despierta des de las 8 de la mañana. Allí en mi cama sentada, con los pies aun tapados y el móvil entre mis manos. No podía mas. Estaba que me subía por las paredes de los nervios. ¿Que iba a hacer Pablo? Siempre me sorprendía, me hacían feliz esos pequeños detalles.
Pasaban las horas pero Pablo no llamaba. "Seguramente me habría despertado demasiado pronto"-pensé.
Así que volví a echarme para atrás, me tapé un poco mas y seguí esperando. En aquel momento empezó a sonar aquella melodía de "te he echado de menos", era mi móvil. En cuanto descolgué empecé a escuchar los acordes de su guitarra hasta que Pablo empezó a cantar:
"Quiero perderme contigo en tus sabanas frías. Olvidando el mundo sin nadie que sepa que estamos aquí. Quiero enterrar el pasado y creer que eres mía y que en tus sueños perdida te acerques y quieras vivir junto a mi. Por eso te digo bajito que doy lo que sea por un minuto contigo, por eso te canto al oído mi secreto cautivo sin miedo a decirlo: "Yo, te quiero" Y no puedo vivir sin sentir en mi cuello tu aliento. no soy uno más en tu lista de amores perdidos preso de tus largos besos, eterna paciencia que tienes conmigo. Yo sé que puedo sentir en el aire ese algo que dejas que embruja mi cuerpo. Cuando te alejas me tiemblan las manos por miedo a que veas que muero por ti. Has volcado mi universo y con un solo beso has parado mi tiempo, canta por dentro mi corazón que late muy lento cuando estoy sin ti. Creo que empiezo a notarlo, acaricias mis labios y calmas mi sed. Apaga la luz que te bese otra vez."


Lo hizo. Me cantó aquella canción que tanto adoraba. Aquella era única entre todas, me hacía llorar, reír... Despertaba en mi diferentes emociones. No pude evitar llorar, llenando por completo mis ojos de lagrimas. Des de que oí sus primeros acordes hasta que terminó por completo aquella canción. "Cuando te alejas" es preciosa...
Pablo empezó a hablar.

"Buenos días, princesa"
"Buenos días, amor!" -Entre lagrimas pude conseguir decir algo.
"No se puede decir que no te ha gustado verdad? Pero no llores cariño!"
"Lloro de emoción, de amor, de nostalgia, de ganas de besarte, de verte, de abrazarte..." -No pude seguir.
"Si te despierto así y me lloras no voy a hacerlo mas. Quiero que tengas una sonrisa en tu rostro. Te quiero y lo sabes, esto era una manera mas de decírtelo."
"Gracias... eres... no sé, no sé que haría sin ti."
"Lo mismo que yo sin ti, nada..."

miércoles, 18 de abril de 2012

Capitulo 40: De vuelta a Barcelona.

De vuelta a Barcelona, ya estaba allí... alejada de Pablo.
Estuve durante unos pocos minutos mas esperando en la parada hasta que pasó. Me subí a aquel autobús y me dirigí hacía el Prat. Pablo aún no me había llamado ni yo a él. Supuse que aún estaría en el avión, así que llamé  a mi madre.

"Hola, mama!"
"Hola! Que tal? Ya has llegado?"
"Si, ya estoy en el autobús, ya llego"
"Vale, pues nada hasta ahora!"
"Si! Un besito"

En nada llegué a mi parada, me bajé y anduve tirando de mi maleta hasta llegar a la puerta de casa. Piqué al timbre y enseguida me abrieron, subí en el ascensor y llegué hasta el segundo piso. Entré a casa hasta el comedor. Allí de pie estaba mi madre, mi padre sentado en el sofá con una cara no muy buena y imaginé que mi hermano en la habitación. Mi madre vino hacía a mi, me besó en la mejilla y me abrazó. Me acerqué hacía mi padre y me dio un beso. Quitó aquella cara y dibujo una sonrisa diciéndome:

-Que? Como está ese gamberro de Pablo? Como ha ido? -Me quedé sorprendida antes sus palabras.
-Pues está bien... llegando a Cartagena, y fenomenal los días allí. Esa familia desprende magia, son diferentes, especiales... tienen algo en su interior.
-Te lo has pasado bien, entonces? -Dijo mi madre.
-Genial! Debo volver.
-Lo harás. -Dijo mi padre

En aquel momento salió de su habitación mi hermano y se dirigió hacía mi. Me abrazó y me dio un beso.

-Que? Cuando pensabas decirme lo de Pablito? Que te vas, desapareces... y mira... ahora vuelves.
-Bueno, bueno con tranquilidad. Te lo iba a contar.
-Ya no hace falta, ya me lo ha contado la mama.
-Bueno me lo imagino... pero que te pasa?
-A mi? Nada
-Te noto molesto..
-Para nada, allá tu con tu vida.
-Y tanto... para eso es MI vida.
-Ya te darán el palo.
-No tienes ni idea de lo que hablas.
-Ya lo verás...
-Eres imbécil!
-Eh eh eh ya esta! Paramos? -Dijo mi madre.
-Díselo a él que no deja de meterse donde no le piden opinión.
-Tan solo te aconsejo.
-No me hace falta.. -me fui hacía mi habitación aún hablando- tu consejo.

Volvía a aquel sitio... ahora resulta que mi padre lo había superado. Pero ahora estaba mi hermano en contra de Pablo? Pues que lo hiciera, me daba igual lo que pensase. Nada iba a cambiar por que el lo dijera.
Dejé la maleta estirada el suelo, la abrí y pude ver un sobre de color azul claro encima de toda mi ropa. Donde ponía Para Jennifer González. Lo cogí entre mis manos y me quedé embobada mirándolo. ¿No lo iba a abrir o que? ¿Otra Carta de Pablo? Este chico definitivamente quería acabar con mi existencia.
Abrí rápidamente la carta y desplegué la hoja.

Seguramente no te esperabas ese libro en tu bolso y ni si quiera que cuando abrieras tu maravillosa maleta te encontraras esta carta guardada en ese sobre azul. No quiero ir mas allá de todo lo que siento hacía a ti, eso ya lo sabes. Pero... necesito repetirlo. Repetirlo si es necesario el resto de mis días junto a ti. Cada gesto de mis ojos, me delatan. Cada brote de mis pupilas. Cada brillar de esos mismos que tan solo te miran a ti. Tan solo saben mirarte a ti. Mirarte de una forma especial a la que nadie miran igual. Mis ojos son enamorados de los tuyos. Ellos hablan de lo que nosotros sentimos. Nosotros sentimos lo que ellos hablan. 
Tiene tanta razón esa frase del libro, en cuanto te conocí a ti mi vida cambió. Totalmente lo hizo. Pasó a dar un vuelco increíble, adoro que hayas puesto patas arriba mi vida. Adoro que lo hayas echo con esa dulzura que te caracteriza. Te adoro a ti. 
Sí, yo he entrado en tu vida y tu en la mía y ahora tan solo quiero que sea una y la vivamos juntos. Que nunca sueltes mi mano en este gran camino que nos queda por seguir. Solo tengo para entregarte un corazón que tan solo quiere amarte, una sonrisa que acompañe a la tuya, caricias al alba, tiernos y interminables besos, una alma que vele por ti. Todo, todo lo que sea por y para ti... ¿Con eso te basta? 
"Contigo, mi alma se irá contigo y aunque yo aquí sigo, ella contigo se irá..."


Esta noche y todas, te digo que... Te quiero,
Pablo Moreno


Otra vez. Pablo otra vez. Otra vez lagrimas en mis ojos. Doblé aquel papel y en ese momento sonó mi móvil. Supe que era Pablo así que nada mas descolgar dije:

-Te quiero y aún no sabes cuanto -Pablo se quedó callado.
-Creo intuir que has leído la carta, verdad?
-Si... no sé co... -No me dejó acabar.
-Nada, nada no digas nada mas! Como ha ido el viaje?
-Fenomenal! Se me ha pasado bastante rápido!
-Si? y eso? Mi libro tiene la culpa?
-Pues... la verdad que al principio si pero... luego...
-No entiendo nada! Luego que?
-Nada que estuve leyendo el libro... pero me emocioné tanto que el chico que iba sentado a mi lado preguntó si me pasaba algo. Así que nada acabamos hablando los dos de Federico Moccia. Bastante simpático el chico.
-Ah! que bien... -noté a Pablo un tanto molesto.
-Te vas a poner celoso?
-Yo? Para nada!
-Bueno... no se yo.
-De verdad que no, princesa.
-Esta bien. Tu acabas de llegar a Cartagena?
-Si hace nada, estamos aquí en la puerta esperando al coche para llegar al hotel.
-A descansar un ratito o ya prueba de sonido?
-No me da tiempo de descansar mucho, así que dejar las maletas, vestirme y poco mas.
-Bueno, pues que vaya super bien el concierto eh. Luego mas tarde hablamos?
-Y tanto! En cuanto acabe te llamo!
-Vale! Voy a deshacer la maleta, cariño!
-Yo ya me voy para el hotel, princesa! Luego hablamos, te quiero.
-Te quiero.

martes, 17 de abril de 2012

Capitulo 39: Au revoir

-Si! Suerte en los conciertos cariño, se que lo harás genial. Te quiero, no lo olvides!
-No lo olvido para nada! Te quiero mas que a mi propia vida como para olvidarlo.

La odiosa megafonia volvió a interrumpir aquellas dulces palabras de Pablo: "Ultimo aviso para el vuelo con destino a Barcelona, pasen por la puerta de embarque"

-Me tengo que ir o lo perderé. No olvides llamarme cuando llegues. 
-Lo haré, en cuanto baje del avión. 
-Te quiero Pablo!
-Y yo a ti princesa!

Y en ese instante me besó por ultima vez, me acarició... Entrelazamos nuestros dedos con fuerza y los separamos con suavidad hasta dejarnos ir. En aquel momento comenzaba a caminar dejando atrás las lagrimas de Pablo. Sabía que detrás de aquellas gafas se escondían sus lagrimas. No miré mas hacía atrás, me iba a partir el corazón verle así. Di el billete en la puerta de embarque y entré. Pero cuando cruzaba el túnel hacia el avión me sonó el móvil. Era Pablo, me paré en seco, lo cogí rápido y descolgué. Nada mas descolgar, sin yo poder decir nada, Pablo habló:

-Je t'aime mon amour. Tu vas me manquer. Encore une fois pour votre sourire. Je vous jure!*
-Vous me laissez sans voix. *
-Des de cuando sabes tanto francés? -Me preguntó Pablo.
-Bueno se podría decir que... me intereso por saber un poco mas.
-Vous êtes plein de surprise. *
-Y lo que queda... Entro en el avión. Je t'aime. Au revoir.
-Je t'aime.

Y colgué entrando ya al avión, me metí el móvil en el bolsillo y pasé el pasillo dentro del avión hacía mi asiento. Pablo volvió a cogerme aquel asiento al lado de la ventana. Tenía un buen presentimiento de que Pablo sabía que me gustaba sentarme allí al lado. Aun que tuviera un gran pánico a los aviones me encantaba mirar sobre las nubes. Me encantaba ver como sobrevolavamos. Mirar todo des de arriba.
Volví a sacar aquel libro con el cual llegué a Málaga también, me quedaba poco por leer. Pude notar al sacar aquel libro que llevaba allí algo mas de la cuenta, miré dentro de mi bolso y pude ver lo que era. Al sacar aquello me emocioné, no me lo esperaba. Pablo se fijaba en cada detalle. Me había comprado el nuevo libro de Federico Moccia, "Esta noche dime que me quieres". Lo quería y Pablo me lo había comprado. Sonreí en aquel momento como una completa tonta. Giré el libro y me emocioné al leer lo que allí ponía, me sentía tan identificada. Tuve el presentimiento de que Pablo sintió lo mismo al leerlo:
"Cada vez que conoces a alguien tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado, yo he entrado en tu vida y tú en la mía".
No pude mas y mis lagrimas brotaron de mis ojos cayendo por mis mejillas. Tenía a un chico a mi lado y en aquel momento se me quedó mirando y sonreí.

-Te encuentras bien? -Me dijo.
-Si, tranquilo, tan solo me había emocionado leyendo algo.
-Anda! Si es Federico Moccia! Y es el nuevo.
-Si... tan solo leer lo de atrás ya me he emocionado, tiene que ser un gran libro.
-Demasiado tiene que ser, me dejas leer eso?
-Y tanto, toma. -Le presté el libro.
-Gracias.
-Te gusta Federico Moccia no? -Le pregunté mientras él leía.
-La verdad es que si, es un escritor que plasma lo que el lector quiere leer realmente. Emociona con sus textos y palabras.
-Si! Es exactamente eso. Tienes alguno de él?
-Si, tan solo me falta este. Debía comprármelo.
-A mi también tan solo me faltaba este. Mas bien, me acabo de enterar que ya no me falta ninguno.
-Como? -Me miró con cara de confundido.
-Si, espera empiezo de nuevo.. no me he explicado nada bien! Acabo de ver que me lo ha metido mi... mi novio -que bien sonaba esa palabra- en el bolso sin darme cuenta. -Al terminar la frase sonreí sin mas, pensando en Pablo.
-Eso es realmente bonito.
-Pues si, la verdad que no me puedo quejar.
-Bueno... que maleducado soy, no me he presentado. Me llamo Rubén.
-Yo también la verdad, me llamo Jenny.

Me dio dos besos y me devolvió aquel libro.

-De vuelta o de ida a Barcelona? -Me dijo.
-De vuelta a Barcelona, y tu?
-Yo también, por Málaga he estado haciendo unas cositas pero ya de vuelta a casa.
-Si, de vuelta al hogar. -echamos a reír después de mi frase- Por cierto de donde eres? Simple curiosidad.
-De Sant Boi.
-Anda cerca mío, yo soy del Prat.
-Pues si la verdad bastante cerca.
-Si, y estudio en Sant Boi.
-Si? Que estudias.
-Estoy acabando peluquería.
-Anda está bien!

Aquel viaje se me hizo realmente corto hablando con Rubén. Hacia 1 hora que le conocía y ya parecía que le conocía de toda la vida. Me sentía realmente bien, tanto que dejé de pensar por un momento en Pablo. No nos dimos ni cuenta de que se pasó la hora en nada, y ya habíamos llegado al aeropuerto. Nos desabrochamos, Rubén salió cogiendo su equipaje de mano que parecía un ordenador y salí detrás suyo. Seguíamos juntos hasta coger las maletas. Recogimos las maletas sin ningún tipo de problema.
Yo me dirigí hacía la parada del autobús. Como el aeropuerto estaba en el mismo Prat yo solamente me encontraba a 10 o 15 minutos de casa. En cambio a él pude ver que le vino a buscar su padre.

-Quieres que te llevemos al Prat? -Me dijo antes de despedirse de mi.
-No, tranquilo.. tranquilo. Ya voy en el autobús, estoy aquí al lado.
-De verdad? Que no nos importa.
-En serio.
-Vale, como prefieras. Nos vemos pronto?
-Eso espero. Pero... no tengo tu teléfono ni sé donde vives.
-Te he dejado una notita dentro de ese libro, no te preocupes.
-Jajaja Esta bien, nos vemos entonces.

Nos despedimos, él se metió en el coche y se fue. Yo allí me quedé esperando aún unos minutos el autobús...


_________________________________________________________________________________

*
-Te voy a echar de menos. Volveré a por tu sonrisa. lo juro
-Me dejas sin palabras.


-Eres una caja de sorpresas. 

lunes, 16 de abril de 2012

Capitulo 38: Diferentes destinos

Se fundía el día tan rápido como una vela. Otra vez volvían esos sentimientos de asfixia al no tenerle, otra vez volvían las lagrimas de su ausencia. El tener que resignarme a echarle de menos. La paciencia de esperar volver a vernos. La nostalgia de todo lo que habíamos vivido. El amor que nadie me había dado con tanta intensidad. El sueño que realizaba de su mano. La alegría que me proporcionaba. La vida que me daba. Las sonrisas que me contagiaba. Los besos, sus besos dulces. Su dulzura. Todo, todo él no iba a estar cerca de mi para hacerme reír entre mis llantos.
Pero debía entender que la música era su sueño, que debía irse y no decepcionar a cada persona que le seguía día tras día. Que seguía sus pasos, que se emocionaba en cada melodía... Yo entendía precisamente esa emoción. Esas lagrimas al verle salir al escenario, escuchar sus primeras notas de la mano de su guitarra. Verle desde lejos o desde cerca pero sentir como su corazón latía en unisono con cada uno de los nuestros. Ver como se emocionaba al oírnos cantar todas sus canciones. Ese sentimiento era inigualable. Si realmente pertenecías a esa familia Alborán sabias de lo que hablabas, nada podía proporcionarte nada similar a eso.

Pasamos aquella comida juntos, compartiendo las ultimas sonrisas juntos, los últimos minutos juntos, ya que esa misma tarde los dos partíamos hacia diferentes destinos.

-Pablo... -Dije rompiendo un poco aquel momento de felicidad-
-Que, amor?
-A que hora son los vuelos?
Pablo bajo un poco la cabeza, su rostro cambió pero me contestó.
-Los dos son a las 18.00, así que en cuanto acabemos de comer tenemos que ir a prepararlo todo y al aeropuerto sin perder mas tiempo. No quería romper este momento de felicidad.
-Perdona... y yo lo he hecho...
-No pasa nada... no podíamos estar todo el día así debíamos... hablarlo en algún momento.
-Lo se... pero...
-Pero nada, que no pasa nada, cariño... -acarició mi mano, aquellas manos tan duras pero a la vez tiernas, sus caricias...-
-Entonces debemos irnos ya Pablo. Es tarde y tenemos que prepararlo todo.
-Si, tienes razón, vamos.

Cogimos el coche y fuimos hacía su casa, al llegar allí estaban todos. Su hermana, Pedro, Lucia, Salva, Salvador y Ester. Esperaban a que llegáramos para despedirse de los dos. Pero antes de ello subimos los dos hacía la habitación de Pablo a poner todo en las maletas. Aun que Pablo me dijo que alguna cosa la podía dejar en su casa para la próxima vez y no tener que traer las cosas cada vez. Decidí dejar alguna que otra camiseta que no me ponía muy a menudo, algún pantalón y un pijama. Pablo y yo hicimos las maletas bastante rápido. Yo entré al baño pare retocarme mi pelo y algo el maquillaje. En cuanto salí del baño vi como Pablo salia con mis cosas de la habitación, le cogí mi chaqueta y mi maleta y los dos bajamos hacía el comedor. Allí estaban todos sentados en el sofá, estuvimos poco rato, debíamos darnos prisa por que llegábamos tarde. Aun que no nos hacía nada perder aquellos aviones, no debíamos. Sobretodo Pablo.
Así que charlamos un rato con su familia, Pablo estuvo jugando con su sobrina. Yo estuve un buen rato hablando con su hermana, seguía diciendo que era encantadora. Que su sonrisa, igual que la de Pablo y la de toda aquella familia, se contagiaba. Decidimos despedirnos definitivamente de todo e irnos. Aquel día nos llevo Salvador en el coche hasta el aeropuerto ya que tenía un rato libre. Llegamos en cuestión de 20 minutos a la puerta. Nos despedimos también de Salvador en la puerta y besó en la mejilla diciéndome: "Espero volver a verte pronto, las puertas de casa están abiertas para ti".
Y lo haría, volvería pronto por Málaga. Eso estaba segurisimo. Volvería a aquel paraíso, lo iba a echar demasiado de menos como para no volver.
Embarcamos las maletas cada uno por su lado. Cogimos los billetes y nuestro equipaje de mano dispuestos a pasar por el control de seguridad. Colocamos todo en las bandejas. Y sin ningún problemas seguimos hacía adelante. Pablo se colocó sus gafas de sol y me cogió fuertemente de la mano.
Nuestras puertas de embarque estaban al lado la una de la otra, por suerte. Podríamos estar hasta los últimos minutos juntos.
Nada nos entristecía mas que aquel momento, el estar los dos sentados en aquellas sillas dentro del aeropuerto... cerca de esas puertas que nos iban a separar durante días. Juntos pero cada vez mas lejanos el uno del otro. El pensar que volvía a dormir sola en aquella cama vacía sin su presencia me hacía sentirme desolada. Pero tenía que ser fuerte por él. A la vuelta todo sería mejor. Volveríamos a estar juntos, esto no sería una despedida para siempre. Aun que lo pareciera.
Pablo no dejaba de acariciar mi pelo, de darme pequeños besos por la frente, de acariciar mi mejilla...
Todo aquello que hacía estremecerme y que me pusiera los pelos punta. Le miré a los ojos y no pude contenerme a juntar mis labios con los suyos. Pensando que eran los últimos instantes que le besaría, aquel beso duró mas que nunca. No podía separar mis labios de los suyos.
Pero llegó la hora, como siempre esa odiosa voz de megafonía... "El vuelo con dirección a Barcelona despegara en 10 minutos, por favor acérquense a la puerta de embarque. Gracias".
De repente nos miramos y por nuestras mejillas cayeron aquellas lagrimas de sentimientos...

-Debes irte... -Me dijo Pablo-




[Nota para lectores: Capitulo escrito entre lagrimas...]

sábado, 14 de abril de 2012

Capitulo 37: Llegó el día

Amanecimos juntos bajo ese cielo durante varios días. Pero llegó el día menos esperado. El día donde nos teníamos que separar. Donde Pablo se tenía que ir a Cartagena y yo volver a Barcelona. No eran buenos días para nosotros, íbamos a estar separados. Nuestros corazones ya no latieran juntos, estaríamos separados y no sabíamos hasta cuando. Ese día 16 había llegado y parecía que muy rápido. Estos últimos días juntos bajo ese cielo, en esa casa maravillosa compartiendo momentos con él y con su familia habían sido los mejores momentos, y con diferencia, que nunca he vivido. Volvía a mi casa con ganas de ver a mis padres y a mi hermano pero... aún no sabía como estaba el tema con mi padre, y además mi hermano tampoco sabía nada de esto. Supongo que mi madre se lo habría contado todo... y habrá hablado con mi padre.
Era algo de esperar que mi madre me entendiera mejor, pero no me esperaba que mi padre se lo tomara tan mal.
Pero... volvamos al tema entre Pablo y yo.
Los dos amanecimos mas tristes que nunca aquel día, ya sabíamos el por que de nuestro estado de animo.
Abrí los ojos y vi como Pablo me estaba mirando.

-Buenos días cariño!
-Buenos días princesa!
-Hoy...
-No lo digas. -puso su dedo indice sobre mis labios- No pronuncies esas palabras, por favor.

Vi como Pablo bajaba la cabeza y como caía una lagrima de sus ojos. Estaba realmente mal, no me gustaba verle así. Me incorporé un poco para tenerle mas cerca de mi y le abracé muy fuerte. Pero él se echo un poco para atrás hasta quedar estirado y mi cabeza encima de su pecho. Sentía como latía mas rápido su corazón, estaba exaltado, nervioso... pero volví a abrazarle y pude tranquilizar un poco aquel corazón. Mientras yo intentaba tranquilizar a Pablo me mentalizaba de todo aquello, no quería decaer, no quería derrumbarme delante de Pablo. Pero lo hice, sí, empece a llorar en silencio encima de Pablo. Hasta que pude empapar su camiseta con mis lagrimas. Pablo reaccionó ante mis lagrimas incorporándose conmigo encima. Acariciándome el pelo, abrazándome... Colocando su mano en mi barbilla para levantar mi cabeza y quedar mirándonos a los ojos. Con mi ojos llenos de lagrimas, él me besa. Y los dos a la vez, entre lagrimas, nos besamos como nunca. Con pasión en esos labios.
Pablo deja de besarme mordiéndome el labio dulcemente y yo sonrió. No se como lo hacía pero conseguía sacarme una sonrisa siempre. Esa sonrisa era gracias a él, solo a él.

-Mi niña, no quiero que llores. Bueno... no quiero que lloremos. Van a ser tres días de concierto pero... pronto prometo volver verte, te iré a buscar al fin del mundo si hace falta.
-Estos tres día sin ti no voy a poder vivir.
-Lo harás! Me lo prometerás?
-Lo intentare, Pablo. Haré lo que pueda...
-No! Lo harás, sino me enfadaré!
-Esta bien... lo haré, te lo prometo.
-Así me gusta, esto es duro pero pronto estaremos juntos cuando menos te des cuenta estaré a tu lado viendo esa sonrisa tan preciosa que tienes. -En aquel momento sonreí-.

Diréis... que son tres días, que no se acaba el mundo. Pues si la verdad... que puede que se acabe el mundo, nuestro mundo. Que si los dos no estamos juntos este mundo no funciona, no sirve de nada. Este amor es tan fuerte que no puede vivir separado, que no tira hacía adelante solo fácilmente. Necesita alimentarse entre si. Por eso no queríamos separarnos, nos queríamos como nunca. Estábamos en aquel momento donde no te puedes desenganchar del amor de tu vida, ese momento en el que notas que te falta el aire cuando él no esta, y eso es lo que me sucedía a mi. Aún así tenía la certeza de que lo que decía Pablo lo iba a cumplir, que eran tres simples días y que a la vuelta de Murcia nos veríamos aunque fuéramos al fin del mundo. Pero ante saber todo eso los dos nos íbamos a echar de menos. Nos habíamos acostumbrado a vernos al despertar pero ahora tan solo veríamos aquella parte de almohada de nuestro lado, vacía. Ya no habría nadie allí. Él estaría solo en aquella cama de los hoteles a los que fuera y yo allí en Barcelona sola.
Así que aquella mañana decidimos seguir abrazados, juntos en su cama. Aquella mañana no bajamos a desayunar y tampoco nos molestó nadie, nadie abrió aquella puerta. Nadie nos quiso molestar, todos sabían el porque. Todos sabían que queríamos pasar el máximo tiempo juntos, y así lo hicimos aquel día.
Fuimos a comer fuera los dos juntos. Bajo la mirada de Málaga...

Capitulo 36: "Mini paraíso"

Después de aquel chapuzón provocado por Pablo, decidimos salir del agua y subir a la habitación a cambiarnos de ropa, estábamos empapados, para ir a comer. Subimos a la habitación de Pablo, nos cambiamos pero esta vez poniéndonos ropa un poco mas de arreglar. Ya habíamos echo suficientemente el tonto en la piscina. Así que bajamos juntos al comedor. La madre de Pablo aún estaba acabando la comida, así que fuimos hacía la cocina y la ayudamos a dar los últimos retoques que le faltaban, pusimos la mesa. Su hermana por allí seguía, pero Lucía estaba enganchada a la televisión. Parecía un angelito así quietecita. Pablo se acercó a ella y se sentó en el sofá. Vaya dos... tio y sobrina. La verdad es que eran como padre e hija.
Eran tan iguales que lo parecían. Un hijo? Un hijo entre Pablo y yo? Uf.. no! todavía no... teníamos toda la vida por delante. Lucía nos alegraría de mientras.
Nos pusimos a comer todos juntos. Volvieron las risas en aquella mesa, las buenas charlas, las sensaciones... todo, volvió todo aquello que desprendía la familia Moreno de Alborán Ferrándiz. Seguía diciendo que cada miembro de esa familia era diferente, cada uno tenía su esencia guardada pero cuando se juntaban formaban algo mágico. Algo único que no se encuentra en cualquier lugar.  
No paramos de reír con los comentarios de Salva, el hermano de Pablo era demasiado bromista. Era bastante alegre. Eso hacía que la familia fuera mucho mas alegre.
Terminamos de comer y Pablo me susurro al oído: "vienes?". Yo asentí con la cabeza y fui con él. Nos dirigimos hacía la puerta y salimos hacía a fuera.

-Que pasa Pablo?
-Nada, simplemente quiero que veas mi mini paraíso en completo.

Le sonreí. Estuvimos viendo todo el jardín, ese jardín daba la vuelta a toda la casa. Por todos los lados del jardín habían flores. Flores que deslumbraban con el reflejo del sol de Málaga. Todo aquello si que era un paraíso. Estaba la piscina en forma de piano, que ya la había visto antes, por un lado. También aquel precioso columpio hecho con una cuerda y un trozo de madera. Habían unas pequeñas hamacas para tomar el sol.  Pasando por detrás de la casa había una pequeña mesa blanca, aquellas típicas mesas antiguas de hierro que se colocaban en la terraza o jardín. Era preciosa. También pude ver que tenían una mesa redonda con asientos incorporados, todo de madera, en plan picnik. Allí detrás de la casa también había un rinconcito donde Pablo me acercó y pude ver que también tenían una barbacoa. También algo especial esa barbacoa. Hecha de ladrillos y se podría decir que en forma de casa, arriba del todo tenia tejas, simulando el tejado de una casa. Tenía una puertecita pequeña de hierro de color negro donde allí estaba colado para hacer el fuego. Mas abajo habían otras puertecitas de madera para guardan alguna cosa, supuse.
Cada detalle, cada pequeña flor o trozo de césped era diferente, era especial. Todo estaba impregnado magia. Era perfectisimo, no tenía palabra para tanto.
Después de aquella vuelta por el jardín vi como Pablo se paraba ante mi. Me besaba y yo le decía:

-Te quiero. Gracias por darme la oportunidad de enseñarte todo esto, es maravilloso, no he visto nada igual en mi vida. Gracias por darme vida.

Pablo se quedó si palabras y seguimos allí bajo el sol mirándonos a los ojos como nunca. Con dulzura, con amor, con pasión... con todo ese tipo de sentimientos que te hace removerte de pies a cabeza. Pero ante eso acabamos besándonos como siempre, con ese amor que sentíamos entre los dos. Con esas ganas que teníamos siempre. Pablo seguía siendo la persona mas especial en mi vida, la que hacía latir mi corazón. La que hace que sienta asfixia cuando no esta a mi lado, la que me cuida con cada poro de su piel... solamente él era capaz de hacerme sentir todo eso.

Pablo y yo nos tumbamos un rato en las hamacas mirando un rato aquel cielo azul y esquivando aquel sol. Me encantaba aquel sol, el sol en general. Estaba loca de intriga por como se le aclara con el verano el pelo a Pablo. Era mas rubio que ahora. Ay... mi rubio! -me reí sola mientras pensaba-. Y su piel mas morena. En cambio yo... bueno.
Allí estuvimos un rato hasta que cayó el sol en Málaga... 





jueves, 12 de abril de 2012

Capitulo 35: Aquella Piscina.


Bajamos juntos. Al llegar al comedor allí estaban todos sentados, aunque aún faltaba la hermana de Pablo. Estaría al llegar. Me senté y Pablo lo hizo a mi lado. En aquella mesa había de todo lo posible que te pudieras imaginar. De tan solo mirar ya estaba empachada. Vi como Pablo miraba toda aquella comida, con ansias de desayunar ya.

-Eres un glotón!
-Yo? Que dices... Que bah!
-No, para nada! Solo se te salen los ojos al ver tanta comida jajajaja
-No me hace gracia. -Se giró para que yo no pudiera verle la cara, pero sabía que se estaba riendo. Así que cogí, puse mi mano en su barbilla y le obligue a mirarme. Al girar la cara hacia mi, vi como se empezaba a aguantar la risa hasta que no pudo mas y explotó. Al final entre tanta tontería acabamos riéndonos todos los que eramos en la mesa.
En aquel momento sonó la puerta y Pablo fue corriendo a abrir. De lejos pude ver como Lucía se echaba a los brazos de Pablo y él ya empezaba a hacer tonterías con ella. Era adorable. Adoraba esos momentos de Pablo con su sobrina. Volvía a su niñez.
Su hermana y Pedro entraron al comedor, saludaron a todos y se sentaron. Pablo y Lucía llegaron por detrás. Pablo volvió a sentarse al lado mio y Lucía vino corriendo hacía a mi a abrazarme. Me dio un beso, y pude sentir esa energía que solo tenemos de pequeños, esa magia, alegría que contagiamos por donde pisamos. No podía esconder que adoraba a aquella niña.
En cuanto estuvimos todos sentados comenzamos a desayunar. Yo, la verdad que no comí mucho. Bebí un poco de zumo de naranja que había echo la madre de Pablo y me comí alguna que otra tostada. Nada mas. En cambio vi como Pablo comía mucho mas que yo. Acabamos de desayunar y nos quedamos todos hablando en la mesa durante un rato. Hasta que Lucía reclamó a Pablo para que fuera al jardín a jugar con ella. Lucía no paraba de tirar del brazo de Pablo, así que él le hizo caso. Pero antes de que se levantara cogió mi mano mientras decía: "Ven tu también, cariño". Le sonreí y cogí su mano.
Fuimos los dos juntos con Lucía hacía el jardín. Ante aquella pelea que habíamos tenido el día anterior aún no había podido disfrutar plenamente del jardín y no me lo había acabado de enseñar. Era precioso, la verdad que su madre cuidaba muy bien todas aquellas plantas. Cuidaba cada detalle. Aquellos pequeños arboles. También tenían un árbol bastante grande, y se notaba que viejo, con un columpio donde Lucía fue corriendo. Yo, me quedé alrededor del jardín observando cada detalle. Me encantaba ver todo aquello. Una preciosa piscina. Mientras Pablo estaba con Lucía en el columpio me acerqué hacía la piscina. Tenía algo diferente, tenía una forma diferente. En cuanto me acerqué pude ver como aquella piscina tenia forma de piano. Si, si lo que leéis. De piano. Aquella casa no dejaba de sorprenderme. Era en forma de piano de cola. La "cola" representaba que era el sitio donde estaba el agua y las teclas estaban dibujadas a un lado en el suelo. También rodeaba a aquella piscina una raya de color negro. Aquella piscina no era muy grande la verdad, pero era increíble y especial aquella forma. Me quedé sorprendida. Me senté en las teclas del piano, me quité los zapatos y metí los pies en la piscina. Pasó bastante rato, pero ni siquiera me di cuenta del tiempo. Ante aquel asombro no me di cuenta de nada.
Sentí como alguien acariciaba mi espalda. Me giré, era Pablo. Allí de pie estaba.

-Lucia? Donde esta?
-Ya se ha ido para adentro.
-Lo siento, me he quedado embobada aquí... y no os he echo caso.
-No pasa nada, amor. Te gusta la piscina?
-Si! Me encanta, Pablo. De verdad, me he quedado bastante sorprendida.
-Mira... mi padre que tiene ideas... y las crea. Y aquí esta una de ellas. La verdad que es bastante bonita la piscina. Para mi es muy especial. Lo hizo por mi esta piscina.
-Hace mucho?
-Si, la verdad que ya hace años que está esta piscina aquí. Igual que aquel columpio donde estaba con Lucía.
-Me lo he imaginado la verdad. Pues me encanta todo. Está cuidado al mínimo detalle.
-La verdad que no me puedo quejar de todo esto. Es como un mini paraíso. Y ahora que estas tu aquí lo es mas.
-Esto es un paraíso. Vosotros hacéis que lo sea. Vuestra magia...

Pablo se sentó conmigo en el suelo, a mi lado. Hizo lo mismo que yo, se quitó los zapatos y metió los pies en la piscina.

-Quieres un chapuzon cariño? -Me dijo Pablo con una sonrisa picarona.
-Ni se te ocurra, Pablo. Ni se te pase por la cabeza. -Aunque si, ya se le había pasado por la cabeza aquella idea.
-Que pasa? No voy a hacer nada. -Decía riendo.
-Venga va! Que no te conozco, no?
-La verdad que si, un poco...

Pablo, esperó mi momento de despiste y lo hizo. Me cogió fuertemente por la cintura y me tiró hacía el agua. Lo sabía, sabía que iba a hacerlo. Así que no pude hacer nada mas que reírme. Pablo y yo nos miramos y nos abrazamos. Aquello que habíamos echo era una locura, estábamos con la ropa en el agua, pero mi sensación era de plena alegría. Aquello me había echo sentir mejor. Cogí a Pablo de la cara, acariciándosela y quise besarle... pero antes de que lo hiciera Pablo se sumergió en el agua. Yo lo hice también y de esa manera le besé bajo el agua.

martes, 10 de abril de 2012

Capitulo 34: By your side

Nos besamos y detrás oía como la gente cuchicheaba. Me daba igual todo lo que dijeran, era mi momento, era mi felicidad. Después de aquel precioso momento decidimos irnos de allí. Pablo pagó la cena y nos volvimos a dirigir hacía el coche. Yo la verdad es que estaba un poco cansada y me quedé dormida en el coche. Pero de repente noté como alguien acariciaba mi cara y me besaba en los labios. Abrí mis ojos, era Pablo y vi que ya habíamos llegado a casa y me había quedado dormida en todo el camino.

-Por fin despierta mi bella durmiente.
-Lo siento, ais... estoy muy cansada Pablo.
-Vamos para arriba, tranquila.
-Vale!

Pablo me abrió la puerta del coche y cogió mi mano. Aún estaba casi dormida así que me agarre de Pablo, iba abrazada de él. Él me sujetaba con tanta dulzura...
Llegamos a arriba, ya era tarde así que ya no había nadie despierto. Me senté en la cama mientras Pablo se ponía el pijama. No podía dejar de mirarle como se cambiaba, todo su cuerpo me provocaba escalofríos, un pequeño cosquilleo en mi barriga... hacía que despertara todos mis sentimientos. Pero mis ojos no podían apartar la vista de él, cada esquina de su cuerpo me encantaba. Me volvían loca simplemente sus manos, esas manos que sabían como acariciarme y estremecerme.
Pablo terminó, ya se había puesto su pijama y me miró. Vio que yo le estaba observando y se acercó a la cama se agacho ante mi y me besó.

-Que pasa, Jenny?
-Nada, tan solo te miraba, quería observarte.
-No piensas ponerte el pijama?
-Claro que si... voy.

Me levante para dirigirme hacía el armario pero vi como Pablo se acercaba poco a poco y no dejaba espacio entre el y yo. Así no podía, vi como Pablo puso su mano sobre el botón de mi falda y me lo desabrocho, mientras me decía "yo te ayudo". Uf... en cuanto me dijo eso mi piel se erizó, mi falda cayó de golpe al suelo y Pablo me acarició la cara y me besó. Con su ayuda me quité la camiseta, empezó a acariciarme cada parte de mi cuerpo sin dejarse ni un solo rincón. Entre caricias me quitó las medias y caímos encima de su cama, me dejó caer dulcemente sin dejar de besarme ni acariciarme. Pude ver como Pablo se incorporaba, cogía algo y le daba al play en sus altavoces. Empezó a sonar una lenta melodía donde de repente decía... "You think i'd leave your side, baby. You know me better than that..."*. No había escuchado nunca esa canción pero ya hacia erizarme la piel. Pablo acariciaba mi piel a ritmo de aquella melodía. Besos, caricias, amor, magia. dulzura, sentimiento, fuego... y nuestros dos cuerpos se fundieron en solo uno. Ahora era nuestra piel la que hablaba por nosotros.
Aquella melodía se había quedado impregnada en mi mente, no dejaba de sonar. Vi como Pablo me sonreía   y se hacía a un lado. Allí nos encontrábamos los dos, en su cama, mirándonos a los ojos con una amplia sonrisa en nuestros labios. No pude evitar besar esa sonrisa. Pablo me abrazó con fuerza y así nos mantuvimos hasta quedarnos completamente dormidos los dos, abrazados el uno al otro.

Al día siguiente despertamos uno para cada lado, me giré para mirar si Pablo estaba dormido. Y sí lo estaba, adoraba su cara de bueno cuando dormía. Era adorable, mas dulce que nunca... Mi mente por un momento me recordó que pasaba un día mas, que quedaba un día menos para estar con Pablo. Pero yo le gané la partida a mi mente y a ese pensamiento y lo dejé a un lado.
No quería despertar a Pablo pero me apetecía abrazarle. Así que lo hice con el máximo cuidado posible para no despertarle, pero era inevitable, Pablo se iba a despertar y así lo hizo. Antes de abrir los ojos esbozo una sonrisa y yo le besé.

-Buenos días, amor. Perdón, te he despertado.
-No pasa nada princesa. Que mejor que despertarme y sentirte abrazada a mi?
-Nada, nada no hay nada mejor que abrazarte de buena mañana.
-Que dulzura de niña que tengo a mi lado. Gracias.
-Gracias? Gracias por que?
-Pues simplemente por eso... por abrazarme. Por impregnarte en mi piel, por hacerme sentir todo lo que siento, por la magia de anoche... todo.
-Tu eres culpable de todo esto también. Te quiero y querría despertar así todas las mañanas, a tu lado. Viendo esa dulce sonrisa.
-Y yo, y lo haremos. Algún día, no muy lejano, despertaremos juntos todos los días.
-Es lo que mas deseo en el mundo, de verdad.
-Bueno, nos cambiamos y vamos a alimentar esas barriguitas? -Dijo riendo y haciéndome cosquillas.
Yo me empecé a reír sin parar. No podía aguantar las cosquillas.
-Para, para... vamos vamos. -Dije riendo.

Y los dos nos cambiamos, nos pusimos algo cómodo. Vi como Pablo se ponía unos pantalones por encima de las rodillas y la primera camiseta que pilló, realmente me gustaba aquella camiseta, era algo apretada y se le marcaba su cuerpo. Yo, me puse unos pantalones cortitos y también una camiseta de manga corta. No había mucho por lo que vestirse bien. Tan solo íbamos a bajar al comedor a desayunar. Además Pablo me comentó que después iríamos un rato a la piscina antes de comer. Apetecía bastante un chapuzon ante aquel sol que hacía en Málaga. Me encantaba el sur. El sol era increíble. Casi nunca fallaba...

http://www.youtube.com/watch?v=xiZEtZcKQUU

lunes, 9 de abril de 2012

Capitulo 33: Eres preciosa.

Pasó su mano por mi cintura y me abrazó diciéndome algo al oído.

-Con lo que te pongas estas preciosa. -Me dijo Pablo.
-Bueno... pero es que no se que ponerme, Pablo. Mira lo guapo que estas tu y yo no es que tenga mucho para elegir.
-Tranquila no te tienes que poner de punta en blanco, seguro que encuentras algo con lo que estés preciosa. Voy a abajo a hablar con mi madre un momento, vale? Ahora vuelvo. -Me dio un beso antes de irse.

Allí seguía mirando hacía el fondo de ese armario donde estaba toda la ropa de Pablo y mi trozo de ropa. Era la verdad no tenía mucho donde elegir. Pablo tenía camisas para dar y vender. Al final opte por ir del mismo color que Pablo. Elegí mi falda gris oscura, era una falda de esas que se llevan por encima de la cintura, y una camiseta gris por dentro de la falda. Me tuve que poner medias, como lo odiaba, y de zapatos me puse unos negros, altos. Tan solo me faltaba retocar mi pelo y maquillarme. Salí de la habitación y entré al lavabo. Me alisé el pelo y me hice algún que otro rizo, y después me maquillé. Ya estaba a punto. Salí del lavabo y vi como Pablo estaba en su habitación, se estaba retocando sus botas y poniéndose la chaqueta. No se dio cuenta que estaba en la puerta apoyada, mirándole. Empecé a andar hacia él pero mis tacones me delataron y me miró.
Se quedó mirándome, no paraba de hacerlo, de tal manera lo hacía que llegaba a intimidarme. Pero se acerco y me abrazó por la cintura diciéndome:

-Te lo dije, estas preciosa con lo que sea. Eres preciosa por dentro y por fuera. Te pongas lo que te pongas te hace deslumbrar.
-Te quiero. -y le besé.

Faltaban 20 minutos para las diez. Pablo miró el reloj y de un sobresalto me dijo:

-Ay! Vamos que sino llegaremos tarde!
-Estas seguro de ir a un restaurante?
-Si, tranquila. Además no hay nada que temer, es un restaurante aquí a las afueras de Málaga. Casi no nos encontraremos a nadie que nos interrumpa, ya veras.
-Esta bien, entonces vamos.

Nos despedimos muy rápido de todos y salimos casi corriendo por la puerta, íbamos a llegar tarde. Entramos al coche y Pablo aceleró bastante y en nada de tiempo ya estábamos delante de la puerta del restaurante y a tiempo. Aquel restaurante era precioso, parecía un bonito patio andaluz. Llegamos a la puerta y Pablo dijo: "Pablo Moreno, una mesa para dos". Tan solo nos indicaron donde debíamos sentarnos y allí nos quedamos sentados, uno delante del otro. La mesa era preciosa, tenía alguna que otra vela y algún pétalo de rosa por allí. No podía esconder que todo aquello me encantaba, que mis ojos se iluminaban.

-Te gusta, princesa? -Me dijo acariciando mi mano.
-Como no me va a gustar... Es todo precioso y a tu lado hace que sea mucho mas especial.

Todo era inmensamente bonito, tenía ganas de compartir algo así con Pablo. Tenía detalles preciosos que como siempre le hacían especial. Cuando ya piensas que no te puede sorprender mas, siempre tiene algo guardado que le hace ser la mejor persona sobre la faz de la tierra. No te puedes confiar, siempre va a tener algo que ocultar que te haga sonreír. El tenerlo a mi lado ya me hacia la mas feliz del mundo entero.
Estuvimos cenando, cosas que yo nunca había probado... pero todo tiene su primera vez, la verdad que todo estaba buenísimo. Todo sabía mejor de su lado.
Cuando terminamos de cenar Pablo se levantó de la mesa y se fue sin decir nada mas... allí me quedé yo observando hacía donde iba pero no me dijo nada y lo perdí de vista. Esperé a que viniera... era lo único que podía hacer en este caso.
Pablo apareció pero escondía algo detrás suyo, llevaba algo en la mano derecha por que la llevaba en la espalda. Nada más llegar delante mio se paró, me cogió de la mano y yo me levanté, y empezó a cantar delante de todos:

"No se si soy bueno o soy malo, si soy alguien que te pueda querer tanto que la luna se altere y los cielos no me quieran ni ver. De celos dirían algunos del miedo que me tienen por ser un hombre que se te atreve a morir por el fuego de una mujer..."


Sacó su mano de detrás de su espalda y llevaba una rosa preciosa de color lila, era preciosa, no tenía palabras ante ello... Ante lo que me había cantando delante de todos los presentes en aquel restaurante, que por cierto no paraban de mirarnos, la rosa... él. Todo era mágico, era el mejor sueño de mi vida y era a su lado...


http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=2r_LBluzkeM

domingo, 8 de abril de 2012

Capitulo 32: Lo siento.

Salí de aquella casa dejando la puerta detrás mio. Iba en busca de Pablo, a hablar con él a arreglar lo que quizás no había pasado. Pero su madre tenia razón, Pablo no estaría enfadado tan solo estaría triste por que sabía que todo lo que habíamos hablado era real y él aunque quisiera no podía hacer nada. Su fama no le permitía hacer todo lo que quería, no le permitía hacer todo lo que antes hacia. Realmente era una pena pero yo aunque le hubiera dicho todo aquello nunca me iba a separar de su lado, aunque para ir con él tuviera que ir de incógnito. Me daba igual, me daba todo igual solo importaba que estuviera con él.
A cada paso que daba mi corazón iba aumentando los latidos, me acercaba a Pablo pero él aun se mantenía con la cabeza agachada mirando hacia el suelo. No se daba cuenta de que yo poco a poco me iba acercando a él. Hasta que llegué delante suyo, acaricié su pelo con dulzura y él levantó la cabeza poco a poco. Antes no le había visto así, sus ojos estaban inundados de lagrimas y me dolía verle así. No pude tener el valor de decirle nada, no me salían las palabras, no quería hacerle herir mas. No quería estropear mas esto con mis palabras, pero no sabía como reaccionar. Simplemente nos miramos, dejamos que nuestros ojos hablaran y finalmente nos abrazamos. No podía dejar de abrazarle y mientra lo hacíamos no dejaba de llorar. Pablo tampoco, lo notaba. Me aleje unos centímetros de Pablo tanto solo para mirarle a los ojos.. y dije:

-Pablo.. -Él se acercó a mi y me cayó con un beso. Nos besamos. Volvía a sentir ese cosquilleo en mi cuerpo que solo él me hacía sentir, ese raro sentimiento que solo tenía a su lado. Volví a abrazarle con mi máxima fuerza y esta vez si que pude hablar.
-Lo siento, Pablo. No quería verte así por nada del mundo, lo siento. -Y empecé a llorar otra vez-
-Tranquila, princesa. No pasa nada, de verdad. No me he enfadado contigo, me he enfadado conmigo y con mi vida. Amo la música y es lo que mas me ha ayudado en la vida, pero odio esa parte de fama que te hace esconderte en cada esquina de tu propia ciudad...
-Si... pero siento esas palabras que te dije antes. Quizás no debería de habértelo dicho.
-De verdad, que no pasa nada. Es mejor así, es mejor haberlo hablado aunque yo me haya puesto así.
-Esta bien, Te quiero. Por nada del mundo me voy a separar de tu lado.
-Ni voy a dejar que lo hagas.

Después de aquello ya había entendido lo que le había ocurrido a Pablo, Ester tenía razón... una madre siempre conoce muy bien a su hijo, sabe lo que le pasa en cada minuto de su vida, y gracias a ella había entendido lo que le pasaba a Pablo y había tenido el valor de acercarme a él a hablar.
Vi como su madre nos miraba a través de la ventana por la cual yo hacia unos minutos miraba a Pablo, estaba esbozando una sonrisa y a la vez nos llamaba para que entráramos dentro.

-Creo que mi madre quiere que entremos, vamos? -Dijo ya entre sonrisas.
-Y tanto... además, hemos echo algo para ti!
-Algo para mi? Las dos?
-Si, mientras tu estabas por aquí yo estaba con tu madre haciendo algo, distrayéndome un poco...
-Me parece bien! Pues vamos, quiero ver eso!!
-Vamos, vamos!

Me cogió de la mano y aceleró el paso hasta entrar en casa y llegar a la cocina, nada mas llegar allí Pablo tan solo olió. No hizo falta decirle nada mas... su olfato supo decirle que le habíamos echo.

-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa bizcocho de chocolate. -Pablo se volvió loco y nos abrazó a las dos a la vez. Su madre y yo nos empezamos a reír. Este chico estaba loco, definitivamente si.

Después de aquello, de reírnos durante un rato por aquel arranque de amor de Pablo estuvimos comiendo algún trozo cada uno, Salva también bajo en cuanto lo olió. Aunque por poco Pablo no se lo deja ni probar.

-Por cierto y mi hermana se ha ido? Por que no se escucha a la chiquitina. -dijo Pablo.
-Si, si se han ido hace rato ya...
-Y sin despedirse ni nada?
-Entraron en vuestra habitación pero vieron que estabais dormidos y no han querido despertaros.
-Bueno no pasa nada.
-Mañana por la mañana vuelven. Que Lucia dice que quiere desayunar aquí con el tito y la tita.
-Tita? Se refería a mi? -interrumpí.
-Y tanto a quien si no? -Me contestó su madre.
-Que encanto es la peque.
-Ves, ya te la has ganado. -Me dijo Pablo- Eso sera que no eres tan mala. -se empezó a reír.
-Perdona? Yo soy muuuuuuuuuuuuuuuy buena!
-Es broma, amor.

Entre trozo de bizcocho, risas, charlas... no nos dimos cuenta que ya se hizo de noche, que eran ya casi las nueve de la noche.

-Uy! Que tarde es! Tengo que hacer la cena. -Dijo Ester.
-Si casi son las nueve, madre mia! como se pasa el tiempo a vuestro lado. -Dije.
-ah! mierda! -noté como Pablo justo se acordó de algo- a nosotros no nos hagas cena, mama.
-Y eso?¿ -Dijimos su madre y yo a la vez.
-Tu y yo vamos a cenar a un restaurante. -Me dijo Pablo.
-Que romántico que es mi hermano. -Dijo Salva, burlándose.
-Tu cállate. -le dijo a Salva- Va cariño vamos a arriba a cambiarnos que mi reserva esta a las diez.
-Vale, vamos.

Nos cambiamos de ropa. Yo no sabía que ponerme, la verdad. Pablo ya estaba vestido. Optó por unos pantalones tejanos negros, su camisa negra, sus botas grises y descolgó su americana gris. Estaba guapísimo, me encantaba, iba igual que en aquellas fotos que le hicieron en la playa. No podía dejar de mirarle, yo seguía en ropa interior, él me miró y se acercó a mi...