martes, 3 de abril de 2012

Capitulo 28: Dulce hogar.


Me giré ante él con lagrimas en mis ojos aún, eran esos pequeños detalles, era él, solamente él. Le besé sin dejar casi que respirara, pero no le importaba no respirar teniendonos cerca. Después de ese beso cogí aquel ramo de rosas rojas que había en mi asiento, eran preciosas, no tenian ni una espina.. pero también entre aquellas rosas habia una hoja doblada en forma de pergamino, me imaginé que era algun tipo de escrito así que ahí lo dejé para leerlo en otro momento. Seguí oliendo aquellas rosas mientras sentía el aliento en mi cuello de Pablo, seguía abrazandome. Conté aquellas rosas.. había 9. Ni 10, ni 15, ni 20.. sino tan solo 9 rosas. Volví a contar por si me había equivocado pero no, volvió a salir 9. No entendía del todo muy bien por que 9, tendría algún significado seguro pero ahora mismo no caia en que. Miré a Pablo con una sonrisa y él habló.
-Te gustan princesa?
-Me encantan. Son preciosas Pablo! No se que decir..
-No hace falta que digas nada..
-Eres increíble! Te quiero y muchisimo!
-No tanto como yo a ti.
-Bueno.. eso habría que discutirlo. Por cierto, porque 9 rosas? Se me escapa algún detalle?
-9 rosas por que... Que día nos conocimos?
-El día 9, sí, ya lo entiendo todo... perdón.. y gracias, gracias por estos pequeños detalles que hacen que todo esto sea inmensamente grande. -y le besé.
No había nada mas que decir después de todo aquello, no había nada que me hiciera mas feliz que estar allí con Pablo. Entré en el coche y me senté, Pablo cerró mi puerta, colocó mi maleta en el maletero y fue corriendo hacía el asiento del piloto donde se sentó. Me puse el cinturón como pude, entre tanta rosa y alguna que otra risa de Pablo ante tal situación, mientras yo le iba diciendo "no te rias de mi, gamberro!". Se colocó él también el cinturón y arrancó el coche con una sonrisa en la cara. Era siempre feliz, me encantaba verle así.
Estuvimos durante varios minutos en silencio, solo nuestras sonrisas y nuestras miradas lo rompían. Hasta que decidi decir..

-Bueno.. ponme algo de música, no?
-Buena idea! Que quieres escuchar?
-mmmm tienes el cd de un chico así.. mm que se llama Pablo.. Pablo Alborán? creo.. -dije entre sonrisas.
-Ay! Mira.. pues no, ni si quiera se quién es! Muy conocido no debe de ser eh...
-De verdad? Pues vaya...

Los dos después de aquello echamos a reir como nunca, eramos felices, estábamos juntos, allí.. bajo esa ciudad metidos en aquel coche donde el sol chocaba en nuestras caras, donde nuestra risa iba en unisono al sol, donde nuestras miradas eran únicas entre nosotros.

Después de unos 30 minutos de camino, llegamos a su casa. Pablo vivía a las afueras de Málaga en una preciosa casa blanca. Casi, casi parecía un cuento.. pero todo era precioso, cada detalle: la entrada,  las flores del jardín, las ventanas, las puertas, la piscina.. cada pequeño detalle de aquel lugar endulzaba mas aquel momento. Me quedé apoyada en el coche, emboba, mientras Pablo apareció con mi maleta en la mano y sonriendo me dijo:

-Que? te gusta? Bienvenida a mi hogar.
-Tu si que puedes decir eso de "dulce hogar", es precioso todo Pablo.. me encantan esas flores.
-A mi madre le encanta y lo cuida todo al detalle.
-Si, la verdad que se nota que le encanta todo esto.

En aquel momento, mientras nosotros dos nos acercábamos a la reja de entrada, pude ver como alguien abría una de las ventanas de aquella casa, asomaba la cabeza y nos sonreía. Era su madre, era tal cual la imaginaba. Misma sonrisa, misma mirada que Pablo. Toda aquella familia transmitía algo, era como una energía diferente que te atrapa, te envuelve y te hacia sentir en las nubes.
Abrimos aquella reja, entramos, Pablo se giró y la cerró detrás suyo. Yo espere a que él la cerrara y cuando se acercó a mi me dio un ligero beso y me cogió de la mano, caminamos hacía la puerta de entrada a la casa, subimos los dos o tres escalones que había allí y cuando estuvimos cerca de la puerta, se abrió. Salió su madre mirando a Pablo, con una amplia sonrisa, los ojos cristalinos y le abrazó con fuerza. El amor de una madre ante su hijo no es comparable a nada, no hay nada que lo pueda substituir.. y estaba claro que su madre le echaba mucho de menos. Que era realmente feliz de verlo subido en cada escenario, de esa preciosa voz que tenía, pero supongo que no podía evitar echarle de menos.
Después de aquel abrazo Pablo volvió a coger mi mano y su madre se giró ante mi, me sonrió y también me abrazó. Volví a notar esa energía, esa sensación, esa dulzura, esa delicadeza que también tenía Pablo.
Ya sabía de donde había nacido todo aquello que llevaba por dentro Pablo, de donde eran todos esos sentimientos.
Pablo habló:

-Mama! Es ella. Es la chica de la que te hablé, es Jenny.
-Encantada de conocerte, cariño. -Me dijo su madre- Pablo me ha hablado muy bien de ti, presiento que no se ha equivocado en nada de lo que ha dicho.
-Yo también, estoy encantada de estar aquí. De poder conocerla, de poder pertenecer un poquito a esta familia.
-Nada de usted, trátame de tu, soy Ester.

Su madre tenía un peculiar acento, como él. Él no tenía para nada acento malagueño o al menos no se le notaba como algo de normal, pero acento francés tampoco tenía. Su madre en cambio como era francesa pero llevaba aquí en Málaga varios años.. tan solo conservaba ese pequeño acento francés que tanto me encantaba. Me encantaba oírle hablar.

-Esta bien, Ester. -Las dos sonreímos y nos volvimos a abrazar. Pablo sonrió al ver aquella situación.
-Por cierto donde esta papa? -dijo Pablo.
-Pues tenía una reunión con varios arquitectos mas para.. bueno ya sabes trabajo de tu padre. Ya entiendes.   Le dije que llegabas hoy, en compañía, y que si podía que se diera prisa para la hora de comer.
-Esta bien! Entonces vendrá a comer?
-Si, seguro que sí. Tranquilo. Tu hermana está a punto de llegar también, viene a comer.
-Guay! Tengo ganas de verla. De ver a mi sobrinita también. -se le iluminó el rostro al decir esas ultimas palabras- Y Salva donde anda?
-Bueno tu hermano..? Ya sabes! Arriba, con su guitarra. No la suelta ni que le maten.
-Ese es mi hermano! Vamos a arriba a verle entonces.
-Vale, subid. Yo sigo con la comida! Pero antes déjame, Jenny, me llevo esas rosas y las pongo en agua.
-Si, muchas gracias!

Pablo dejó mi maleta a un lado de la escalera, yo seguía con aquella carta en mis manos, no quise dejarla, Pablo comenzó a subir las escaleras donde yo le seguía. Al llegar a arriba traspasamos un pasillo, por el cual ya se escuchaban alguna que otra nota, y llegamos a su habitación. Estaba la puerta abierta y él estaba sentado en la cama, la guitarra en mano, una libreta a su lado y bastante concentrado. La verdad es que me sabia muy mal romper aquel momento de concentración así que antes de que Pablo entrara dentro le paré cogiendo del brazo y susurrándole: "no molestamos?" a lo que él me negó con la cabeza. Pero antes de que pudiéramos pensar nada mas vimos como su hermano levanto la cabeza de la guitarra y nos miró diciendo.

-Hombre! Que tenemos aquí? Al gamberro de la familia! -dijo esto levantándose y dejando la guitarra a un lado- Ven aquí, Pablo! -le abrazó.
-Andabas componiendo o que?
-Bueno alguna cosita estaba mirando, sí. Y no me vas a presentar a la preciosidad que viene contigo?
-Eh! Para el carro Salva! Esa preciosidad es MI preciosidad y sí, te la presento.. es Jenny. La chica de la que te hablé.
-Anda, mírala! Tanto hablar, tanto hablar Pablo de ti como para no tener ganas de conocerte. No sabes lo pesado que se pone. -Me sonrojé ante esas palabras de su hermano.
-Bueno, Salva nosotros vamos a colocar sus cosas en mi habitación, vale? Nos vemos luego.

Pablo me cogió de la mano y me dirigió hacía su habitación al estar ante ella me quedé de piedra. Era preciosa.. tenía alguna que otra guitarra mas por allí. Pablo bajó a buscar mi maleta y yo me quedé sentada en aquella cama observando cada detalle de su habitación, coloqué su carta encima del escritorio, la leería en cuanto tuviera un tiempo para estar sola. Todo estaba perfecto. Hicimos sitio en su armario y colocamos mi ropa en el. Una vez acabamos Pablo me quiso seguir enseñando la casa. La cocina, el comedor, las demás habitaciones, la salita, el jardín, la piscina, todo.. Pero hubo una puerta que me llamó la atención. No pude evitar pararme ante ella. Era una puerta diferente, parecía blindada o algo por el estilo. Pablo seguía por delante mio pero yo quise saber que había allí, por que esta no la había abierto?. Así que decidí abrirla yo mientras el no mirara, pero de repente me vio y se movió hacia mi rápidamente diciéndome: "No! Esa te la enseñare en otro momento.. Ahora no!"

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