martes, 29 de mayo de 2012

Capitulo 60: Quien mas te da mas te quita

Reaccioné y empecé a andar camino a la planta donde se encontraba Rubén, Pablo y los padres de Rubén. Quería saber que estaba pasando. Al llegar allí, Pablo estaba fuera de la habitación con la cabeza cabizbaja. A los padres de Rubén los vi hablar con uno de los médicos que vi el día anterior. Observé como su madre estaba bastante altera, hundida en un mar de lágrimas, mientras el padre de Rubén le abrazaba.
Me acerqué a Pablo, él no se percato de mi hasta que no me tubo delante ya que estaba mirando hacía el suelo. Llegué delante de él, coloqué mi mano en su barbilla y con dulzura moví su cabeza hasta que nuestros ojos se volvieran a encontrar. Unos delante de los otros. Sus ojos escondían desesperación, tristeza... Los míos no sabían descifrar aquella situación del todo. Lo observaban todo pero no querían reconocer lo que pasaba. No sabía que decirle a Pablo, él aún no había pronunciado palabra. Cuando estaba a punto de preguntarle por Rubén, los padres de él aparecieron por detrás mio. Habían dejado de hablar con el médico y ahora se encontraban allí a mi lado.

- Ruben no está bien cariño... -Me dijo su madre.
- No se que imaginar que ha pasado... Pero que está sucediendo? -Le dije.
- Nos han comunicado que.... le han encontrado un coagulo de sangre en el cerebro. Si no se opera se muere y en la operación tiene 50% de probabilidades de morir tanto como de sobrevivir.
- ¿Como?
- Podían haberlo encontrado antes pero NO, no lo han echo! Y ahora tiene que pasar por ahí. -Pablo estaba mas cabreado que nunca.
- Si esto hubiera sido diagnosticado antes... No estaría en esta situación. Ahora se le ha expandido, por eso no despertado. -Continuó su madre.
- Incompetentes eso es lo que son!!! No puede ser!! -Dije.

Después de aquellas palabras Pablo me abrazó. Se produjo un silencio un tanto tenso.

- Y ahora donde está Rubén? -Les dije.
- Aún esta en la habitación. -Me contestó su padre.
- Que? y que hacen que no le operan?
- Esperan a que nosotros demos la orden de operación! -Contestó su madre.
- Pero... Piensan dejarle morir? No puedo creerlo!! Cada minuto que pasa es vital para él! -Me alteré ante esa situación y solté a Pablo. Empecé a caminar de un lado a otro.
- Y tanto que no queremos dejarle morir, es nuestro hijo, entiendes? Pero que debemos hacer? Claro que queremos que le operen? Pero y si le perdemos en ese quirofano?
- Y que van a hacer? Esperar a que muera en esa habitación? -Contestó Pablo. Noté como se acercó a mi y deslizó sus manos por mi cintura hasta abrazarme.
- Que debemos hacer? Esa es la pregunta que nos hacemos! -Dijeron- Sabes lo que se siente dormir cada noche pensando que quizás cuando vuelvas a abrir los ojos ante la vida, que ella misma te habrá arrebatado lo que mas quieres? O que simplemente le ha robado minutos de su vida? Es duro. Quien mas te da mas te quita, es injusto.. pero cierto. -Me dijo su madre.
- Creéis que poneros así, os lo digo por las dos partes, hará mejorar a Rubén? No creéis que debemos estar juntos en esto? -Contestó Pablo.

Pablo tenía razón no podíamos estar peleando mientras la vida de Rubén corría peligro y cada minuto que pasaba era peor para él. Adrian de repente apareció.
Hablamos entre nosotros y decidimos llamar al médico para decirle: "Operarle". Teníamos 50 y 50 % de posibilidades de las dos partes, morir o vivir. Íbamos a gastar esa esperanza última que quedaba. No podíamos dejar de luchar por Rubén, él no lo había echo todavía, algo me decía que él ahí seguía, al pie del cañón. No podíamos abandonarle nosotros a él ahora, en la recta final.

- Están seguros? -Nos preguntó el médico.
- Debemos hacer algo, dejándolo ahí en esa cama no vamos a conseguir nada. -Contesté.

El médico se fue y se dirigió hacía otros compañeros suyos. Hablaron entre ellos, supuse que les estaría contando lo que habíamos decido hacer y que prepararan el quirofano. Ellos desaparecieron hacía uno de los quirofanos y él y otro mas se dirigieron a la habitación de Rubén. Sacaron la cama de Rubén y la llevaron a través de aquel largo pasillo hasta traspasar una de las puertas que llevaban al quirofano. Por fin estaba allí dentro, debatiendo entre la vida y la muerte, pero allí estaba. A nosotros nos quedaban bastantes horas de espera antes de saber nada sobre él. Nos lo había advertido el médico antes de entrar.
Así que Pablo y yo bajamos solos a comer en el restaurante del hospital que tanto odiaba.. pero no había mas remedio que comer aquello.
Pasaban las horas y no teníamos ni una sola noticia de la operación de Rubén. Hora tras hora... y yo no paraba de dar vueltas por el pasillo, de morderme las uñas... estaba histérica. Pablo intentaba tranquilizarme pero él también lo estaba.
Pasadas unas 11 de espera... salió uno de los cirujanos de la sala de quirofano...

No hay comentarios:

Publicar un comentario