jueves, 15 de marzo de 2012

Capitulo 8: Tu y yo


No podía terminar la frase, él me miraba expectante a lo que tanto parecía que quería oír. Debía decirle claramente con palabras lo que nuestros ojos hace rato se habían confesado. Empecé a notar que Pablo se ponía nervioso, entonces decidí seguir la frase que deje a medias. 
-Que.. -En el mismo momento que yo empece la frase el me siguió con las mismas palabras que yo, lo dijimos a la vez- 
-Te quiero
Por fin habíamos pronunciado esas palabras, y que mejor que a la vez. Nos quedamos helados, mirándonos, sorprendidos. Pablo se acerco poco a poco a mi y inconscientemente mi cabeza también a la suya hasta que nuestros labios tan solo eran separados por nuestras respiraciones. Pero de repente me exalte, me estaba sonando el móvil. Lo cogí rápido nada mas ver que era mi madre.
-Buf mi madre -le dije a Pablo- que oportuna. Mierda! Son las 15.30, se me ha echado el tiempo encima. Me va a matar.

"Hola mama"
"Sabes la hora que es? Deberías de estar aquí hace ya 2 horas, por lo menos. Donde te metes? -Me dijo subiendo el tono de voz-"
"Mama, tranquila.. No chilles! Estoy Barcelona con una amiga y no me había dado cuenta de la hora, perdona"
"No piensas venir a comer? y con quién estas?"
"Ir a comer? -Mientras dije aquello Pablo me hacia señas para que fuera a comer con él- No, creo que no. Estoy con Luisa y justo acaba de llegar de París. Quiero pasar un rato con ella" 
"Muy bien! Pues avísame antes así no tengo que llamarte tan preocupada! No llegues tarde."
"Lo siento. No, nos vemos luego. Besos."

Y colgué. Pablo mientras acababa de despedirme yo de mi madre se levantó y empezó a dar pequeñas vueltas, de un lado a otro. Cuando colgué empecé a sonreír al verle así y el se paró de golpe.
-Que haces? que te pasa? -dije riéndome-
-Nada! Estoy un poco nervioso.
-Por que? Ahora eres tu? Tranquilo. 
-Bueno es igual.. vamos a comer que debes de tener hambre, aunque yo también. 
Después de acabar su frase se empezó a reír y yo me levanté, él hizo el gesto de girarse para comenzar a andar pero antes que pudiera actuar le cogí del brazo y le volví a girar diciéndole:
-No! Aún me debes algo! -dije mirándole a los ojos-
Pablo de seguida entendió a lo que me refería, se había percatado que mis labios aún esperaban ese beso, notamos que hasta el mismísimo mar estaba impaciente ante aquello. 
-Es verdad! mmm.. cuando te ha llamado tu madre habíamos dejado algo a medías! Por donde íbamos...? -Dijo Pablo en esa voz tan traviesa-
Le solté el brazo y el se giró del todo hasta quedarse delante de mí. Mientras yo me iba acercando lentamente hacía él, para que nuestros cuerpos no estuvieran ni un centímetro separados el uno del otro colocó su mano izquierda en mi cintura y me agarró fuerte. Su mano derecha aprovechó y la subió hacia mis mejillas y comenzó a acariciarme susurrándome algo que no conseguía entender del todo. Intenté prestarle mas atención a ello pero esta vez no me costó, ya que comenzó a susurrarlo mucho mas alto: "Tu y yo, arena y mar, el frío y el calor.."
Y de repente ocurrió, sus labios se unieron con los míos en un beso apasionado donde desbordaba el amor. Solamente él, solamente yo, solamente nuestro amor, solamente nosotros. 
Volví a temblar mientras me besaba, pero Pablo en seguida me calmó con su abrazo. Era atento a cada centímetro de mi piel, se daba cuenta de todo lo que sentía. 
Nos besamos durante varios minutos sin parar, nuestros labios no podían separarse, eran adictos los unos a los otros. 
De repente Pablo dulcemente separó sus labios de los míos y sonreímos a la vez. Esa  sonrisa que tanto me gustaba. No podía creer todo lo que había vivido en cuestión de dos horas. Sentía que tocaba el cielo, que era mas feliz que nunca, que todo era un sueño. Pero no, no lo era, Pablo estaba allí, allí conmigo. Todo había pasado de verdad, cada caricia suya era real. Por fin había encontrado la sonrisa que me proporcionara mi estabilidad emocional.
-Gracias -De mis ojos cayeron lagrimas al decir eso- 
-Gracias por que? -Me dijo Pablo secándome las lagrimas de los ojos-
-Por ser el motivo de mi sonrisa, de mis temblores, de mis lagrimas, de mis sentimientos, de que mi corazón no deje de latir, por serlo todo ahora mismo. Te quiero como nadie nunca te va a querer.
-Eres increíble... -Mientras decía eso se le escapa alguna que otra lagrima a la que yo le sequé enseguida- eres capaz de dejarme sin palabras. Siempre tengo una buena palabra, frase.. para poder expresar lo que siento pero tu.. tu te apoderas de todo y no soy capaz. Tu me has dado la estabilidad emocional por encontrarte de una vez. No voy a dejar que nunca te separes de mi lado. Vamos a cuidar esto para siempre.
-Para siempre...

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